Una cubana que reside en Estados Unidos volvió de visita a la Isla y pudo abrazar a su abuela otra vez después de 18 años sin verla.
La mujer viajó con su esposo y sus dos hijos, bisnietos de la señora, a la que no conocían. Nada más llegar, antes de entrar a la casa, no pudo evitar la emoción y comenzó a llorar.
“Mi abuelita, mi abuelita”, gritaba al abrazarla, y era la anciana quien la calmaba: “Me viste, me viste, me llegaste a ver”.
La señora estaba muy feliz de abrazar a los niños: “Mis niños bellos, ay, mis bisnietos, por Dios, qué lindos están”, expresó.
Los dos pequeños tampoco podían dejar de llorar.
La abuela recordó que su nieta se fue de Cuba muy jovencita, apenas un poco mayor que la niña.