Hay esquinas de Cuba que los vecinos ya ni recuerdan cuándo fue la última vez que recogieron las basuras, un problema al que aludió el humorista Jardiel en su última directa de redes sociales.
“Medir la edad de los basureros estos debe ser algo parecido a como se hace con las secuoyas, a las que se corta el tronco y se le ven los anillos, y sabes la edad que tienen. O como las montañas, por las placas tectónicas. Lo que hay de sedimentos debajo de los basureros estos son ciudades, son reliquias. ¡Imagínate encontrar una pirámide de Egipto debajo de un basurero!”, dijo Jardiel mostrando otro inmenso basurero de la capital.
Cronista original de la destrucción de La Habana y el país entero, el humorista cuenta con una variada antología de videos de denuncia, en los que critica la proliferación de basureros, el mal estado de las calles, los salideros de agua y las ruinas donde habitan los cubanos.
“Nosotros no hemos calculado bien cómo sacarle dinero a este país, pero si los chatarristas mundiales se enteraran y supieran el potencial de chatarra que hay en Cuba, donde todo está viejo, caduco, nada sirve para nada, los alcantarillados son una bola de hierro de 80 años, las casas son del año 30, los centrales azucareros, las termoeléctricas, los almendrones… todo eso es chatarra”, describió el humorista en otra directa anterior.
Ante ese panorama, Jardiel propuso vender “todo eso” y empezar de cero. “Imagínate, nos quedamos sin nada, pero bueno, volvemos a los indios, si más o menos estamos ahí ya en 1492. Que vuelva a llegar Colón, que nos vuelva a descubrir y levantamos esto de cero”, opinó.
A mediados de agosto, el humorista mostró la insalubridad reinante en el barrio de Marianao, en La Habana. “Nueva modalidad de basurero”, enseñando lo que denominó “basurero en [forma de] ‘L’”, porque se extendía por una calle y doblaba en la esquina, formando una montaña de desechos con el trazo de esta letra.
A Jardiel no se le escapa ningún tema de actualidad o de interés social y, con agudeza, lo mismo cuestiona las incoherencias del sistema monetario impuesto por el régimen y su impacto en los bolsillos de los ciudadanos de a pie, que recrea, con un humor mezclado de tristeza, cómo los niños cubanos viven el Día de los Reyes Magos.
Entre chiste y chiste, el exintegrante del grupo humorístico Punto y Coma cuestiona el estado de abandono y miseria en que se encuentra la ciudad y fustiga a los responsables de esa desoladora situación.
Baches en las calles, escombros y basura por doquier, desagües destapados… han sido blanco de sus mordaces videos, que desatan la risa, pero también hacen reflexionar sobre la crítica realidad cubana.