Un repaso de Borja Jimnez, el ms preparado y listo de la clase en Valencia

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La tarde no fue ni para el ms guapo y meditico (Cayetano) ni para el ms fino estilista (Ortega), sino para el ms listo, preparado y ambicioso: Borja Jimnez. Y lo grave del asunto es que por el ruedo pasaron dos toros de alboroto y no pas nada. BJ aprovech su oportunidad, cort la nica oreja y se qued en el umbral de la puerta grande. Lo que antiguamente se deca un repaso.Por actitud y aptitud.

Jimnez fue la viva llama espartaquista en esta plaza tan suya. Entendi como ninguno los terrenos de la tarde, las claves del pblico y, sobre todo, las del toro. Un toro acarnerado, de escaso perfil y notable fondo -a falta de ser sobresaliente- de Puerto de San Lorenzo. BJ, que no perdon un quite en toda su actuacin -miento: puede que uno-, se dobl genuflexo en vibrante prlogo de faena. Y se encaj con la mano derecha y condujo el viaje hasta all, hasta cerrar la curva. Esa forma de traerse los toros atrs que sobresale en su izquierda, por su compromiso. No es un exquisito ni falta que le hace. Los naturales treparon y crecieron en una serie colosal. La faena se sostuvo en la transmisin de la entrega ms que en su homogenidad, en su verdad, en los oportunos guios populares, en la escenificacin de la muerte tras la estocada. Premio. Y casi otro con el sexto de Juan Pedro, ms frgil y ms serio que los excelentes, no malo pero s mermado. Borja se meti con l en serio. Media tendida de retardados efectos y descabello. O no cuaj la peticin o no la quiso ver la presidencia. La vuelta, en justicia, bien est.

Juan Ortega se puso a torear a la vernica de saln cuando las filas del pasello se deshicieron. Muy despacio, atalonado, calentando la cintura, que giraba hundindose en los riones, y las muecas. Un lance por cada lado. La cosa es que Juan le hizo lo mismo a la misma velocidad al toro de Juan Pedro, pero en una gavilla de seis vernicas encadenadas, dibujando smbolos infinitos en el ruedo. Como si fuera fcil hacerle al toro lo que le haces al aire. Traa el juampedro el suave son de toro picado -si no es imposible, convengamos-, una humillacin cara pese a su alzada, quiz ms despegado del piso que alto. Prometa mucho y, sin ser luego el sperclase de Cayetano, cumpli con las expectativas de toro muy bueno. Ortega, sin embargo, se qued difuminado por el camino despus de un par de hermosas series de derechazos que pusieron a calentar gargantas. No s explicar exactamente qu pas, o qu pasa, pero a JO parece que se le aflojan las tandas en su naturalidad. O su resolucin. Y si no sucede la salida garbosa que redondea… La faena, enganchada por tramos, ms por la izquierda, se definfl, durmindose tambin la embestida ya en sus finales. Y el toro de lo se arrastr entero.

La fibra tampoco apareci con un quinto de La Ventana del Puerto que no fue el otro y que, precisamente por eso, la necesitaba ms. Le costaba tirar hacia delante, alguna vez rebrincado al principio y las ms agarrado al piso. Como le cost tirar a Juan Ortega, que se fue consumiendo, apocando, hasta casi desaparecer.

La corrida haba arrancado con uno de los tres toros de Juan Pedro, cinqueo como los otros, lavadito, sacudido de carnes, el trapo preciso, una buena armona. Vena trenzado el domecq de unos maravillosos mimbres mansitos que se tradujeron en una calidad de fuego lento. Lo cant en el explayado capote de Joselito Rus. Como si se abriese solo en sus vuelos. La faena Cayetano, ay, tuvo dos principios por cuestiones geoestratgicas del viento. Que descubri al matador en los terrenos de sombra antes de recomenzar sentado en el estribo y de rodillas despus en el sol. Rivera se asomaba al balcn de aquella sedosa embestida como quien se asoma a la belleza de las cataratas de Iguaz, contemplando la cada. El hueco abismal entre toro y torero podra ser el mismo. Una cadena de molinetes de rodillas despus de alternar las manos y un desarme, la espada que pareci dar en una banderilla, la estocada. Todava amag con dar la vuelta al ruedo. En fin.

Si Cayetano pareci entonces como alguien interpretando un meme de Cayetano, ya con el temperamental cuarto, un to de Puerto de San Lorenzo, ni alcanzo a decir. El mal rato que pas ese hombre, entre el viento y la ausencia absoluta de recursos lidiadores, no est en los escritos. Casi 20 aos de alternativa le contemplan. Cundi el pnico escnico. Un desgobierno que multiplicaba las aristas del encastado toro hasta hacerse el amo del ruedo. Afortunadamente lo caz con la espada. Y aqu paz y despus gloria.

Plaza de toros de VALENCIA. Lunes, 18de marzo de 2024. Novena de feria. Casi tres cuartos de entrada. Toros de Juan Pedro Domecq (1, 2 y 6) -los tres cinqueos-; Puerto de San Lorenzo (3 y 4) y La Ventana del Puerto (5); bien presentados, bajaba el perfil del 3; de extraordinaria clase el 1; muy bueno el 2; bueno el 3; temperamental el 4; agarrado al piso el 5; frgil el 6.

CAYETANO, DE FUCSIA Y ORO. Estocada. Aviso (saludos). En el cuarto, estocada y descabello (silencio).

JUAN ORTEGA, DE MARFIL Y ORO. Estocada. Aviso (saludos). En el cuarto, estocada y descabello (silencio).

BORJA JIMNEZ, DE AZUL PAVO Y ORO. Estocada delantera (oreja). En el sexto, media estocada y descabello. Aviso (peticin y vuelta).



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