No nos llega hace un mes


SANTA CLARA, Cuba. – Justo como suele ocurrir cada año en temporada seca, una nueva crisis con el agua en Santa Clara afecta a las miles de familias que no cuentan con medios propios de abasto y que dependen únicamente de la que llega mediante las tuberías del acueducto. Repartos como Camacho, Vigía y Santa Catalina se encuentran entre los más afectados, sin recibir el agua desde hace más de un mes. 

“Vivimos en un cuarto piso y llevamos cargando agua desde hace 37 días porque la poca que ponen no tiene fuerza para llenar los tanques. Estamos como gorgojos, a secas”, protesta Joaquín Valdés, vecino de Carretera de Maleza. “En este mismo edificio hay una señora que cuida a su madre encamada, que se le orina y se le defeca encima y que debe lavar a diario, así que imagina la situación que tiene, sin posibilidad de pagar el agua porque viven de un retiro”.

Para colmo de males, cuando entra el agua a algunos repartos, a veces coincide con un apagón: “Entonces es por gusto, porque no funcionan las turbinas, ni los ‘ladrones’ de agua”, agrega el afectado. “Por la radio dijeron que había unas bombas en México, pero que no han podido traerlas. Dicen que ahora mismo estaban trabajando con una sola para toda la ciudad”. 

Acumulando agua donde sea posible
Acumulando agua donde sea posible (Foto de la autorA)

Las zonas altas han sido las más perjudicadas con la ausencia de agua desde el año pasado debido a la baja potencia de bombeo y al desafortunado colapso de los equipos en el mes de enero. Además, el sistema de la presa Hanabanilla solo cuenta con tres bombas que deben surtir a toda Santa Clara, una ciudad con 250.000 habitantes.

Los medios locales, ante los cuestionamientos del propio pueblo en redes sociales han llegado a reconocer que la situación en Villa Clara es crítica: “Por las constantes roturas de los viejos e ineficientes equipos de bombeo en todos los sistemas de abasto a la ciudad, no se avizora a corto plazo una solución al problema”, advierte una publicación de la emisora CMHW

Turbina criolla que hala el agua de la calle en casas donde no llega directamente por la poca presión (Foto de la autora)

Otro reporte publicado en medios oficiales en agosto de 2023 confirma que muchas de las redes que abastecen a Villa Clara tienen más de un siglo de explotación y que escasean las partes, piezas y accesorios para afrontar reparaciones. Además, que existe un “pésimo estado técnico de las bombas ubicadas en los sistemas Minerva, Ochoíta y Palmarito, lo que provoca paralizaciones sistemáticas, algunas de ellas prolongadas por meses”. Debido a todos estos fallos, se pierden miles de litros diarios en toda la provincia y casi el 50% queda en el camino.

“Estamos viviendo de la caridad de quienes tienen pozos, porque dinero para pagar pipas no tenemos”, comenta otra vecina anciana del reparto Camacho Alto. “No nos llega hace un mes y mi esposo, que tiene 70 años, tiene que andar cargando cubos a diario para cocinar y bañarnos. Es feo tener que decirlo, pero el sanitario esperamos a que no aguante más para descargarlo. El olor no hay quien lo aguante”. 

Publicación en redes sociales (Captura de pantalla)

La desesperación con la falta de agua ha llevado a muchos santaclareños con mayor desenvoltura económica a optar por los pozos artesanales. Solo una vara de profundidad alcanza el precio de 1.500 pesos, sin contar la mano de obra y la compra de la llamada “camisa”, la tubería y la turbina. Todos estos insumos solo se encuentran a la venta en redes sociales o en la llamada “Candonga”.

“En 10 días nos han contactado más de siete clientes”, asegura Ignacio González, dueño de un negocio de pozos que tiene la agenda cubierta hasta abril por la alta demanda. “Este tiempo de seca es el bueno, porque se sabe la profundidad real que hay que darle al hueco. Hay un dicho que dice que cualquiera abre pozos en tiempo de lluvia. Lo que hacemos es perforar y dejarlo instalado, bombeando, si después se le acaba el agua ya ese no es asunto nuestro”. 

El pago total de esta fuente de abasto alternativa puede llegar a costar cerca de cinco o seis salarios medios y un tanque plástico elevado de 1.500 litros vale actualmente 40.000 CUP, unos 133 dólares americanos al cambio informal. 

Al tiempo en que en varias zonas de Santa Clara se sufre con la ausencia de agua, las pipas para llenar tanques elevados y cisternas, adquiridas “por la izquierda” ya cuestan entre 2.500 y 3.000 pesos. Otras personas conocidas como “aguadores”, que trasladan envases más pequeños en motonetas o camiones, sobre todo desde la Iglesia Buen Viaje, cobran un poco menos, pero al ser solicitados con más frecuencia el monto también sobrepasa los 1.000 pesos.

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