Hay jolgorio en las calles. Haciendo esfuerzos, los cubanos arrastran los pies y salen a la calle a gritar, con sus últimas fuerzas: “Esta vez tampoco nos moriremos. Llegó el pollo”.
Y a pesar de que el Encargao Díaz-Canel “dice a los emigrados que el mayor obstáculo para los vínculos entre Cuba y ellos es el embargo” arriba, sin embargo, un barco rebosante de pollo del país que supuestamente embarga a Cuba. Aunque siempre hay amargados y escépticos que dicen que ese es el cuento de siempre, la vieja historia de “ahí viene el lobo” y “que ya hubo un barco y un anuncio similar en diciembre y el alimento nunca llegó a las bodegas”.
No viaja en avión, sino en barco, para crear tensión y hacer más largo el tiempo de la espera y demostrar así que no hay bloqueo ná, ni ná de ná. Es el pollo desbloqueador. Un héroe de estos tiempos.
Para quienes no lo sepan, o lo hayan olvidado, el pollo es un ave gallinácea de cría. Si uno lo cría bien puede salirle un gallo y no de la garganta. Tras su nacimiento su peso alcanza los 34 gramos y el color de su plumón es generalmente amarillento, pero en algunos lugares, como los que envían los Estados Unidos a Cuba, son rosados y fríos, porque llegan ya congelados.
Sigue diciendo la enciclopedia, en su descripción del pollo que: “Al ser criado para consumo, se sacrifica con una edad mínima de 20 semanas, oscilando su peso entre 1 y 3 kg. Actualmente existen granjas de cría intensiva”. Lo de las 20 semanas y el peso en kilogramos, lo creo, pero no lo de las granjas de cría intensiva. Parece que en Cuba las hubo, pero fue tan intensiva esa cría que no llegaron ni a las 20 semanas. Desaparecieron. Y también desaparecieron los pollos.
Ahora llegan de los Estados Unidos, que es el país que sostiene el criminal bloqueo según los hermanos Castro (no los de la orquesta, sino los que desafinan), el Puesto a Dedo y el canciller de la indignidad Bruno Erre Parrilla. Según estudios recientes de varias academias de ciencias, los pollos parecen criarse bien en el bloqueo. Crecen rosados y rozagantes y congelados, y se alegran de llegar a los sitios donde más los esperan, como Cuba.
En la isla, durante algún tiempo y de manera subvencionada por alguien de afuera, se intentó el desarrollo de cosas que comenzaban con “A”. La industria acuícola, la acuífera, la anómala y la anónima. Y sobre todo la absúrdida. Ah, y la avícola, de la que no quedan ya ni las plumas. Y de las otras tampoco. Pero ese renglón preocupa a las altas esferas, que no consumen los valientes pollos que rompen el bloqueo. “Miguel Díaz-Canel se mostró convencido de fortalecer la estructura municipal como la base fundamental de la Administración para salir de la crisis en Cuba”. No sé qué tendrá eso que ver con los pollos, pero algo es algo, y es bueno ver que en ocasiones el que funge como presidente piensa ligeramente mejor que un pollo.
Se pensaba, según orientaciones del general Guillermo García, que el país podía llegar a la prosperidad ordeñando avestruces, ya que según él dan más que una vaca, pero no ha sido posible. Es agotador correr detrás de una de estas aves con el cubo en la mano.
Pero volvamos a la definición de este alimento que prefirió vivir, como tantas otras cosas, en el país del norte. “Gallina Es la hembra adulta que se sacrifica después de haber agotado su capacidad de puesta de huevos. Su carne, más dura y fibrosa, es utilizada para caldos y sopas por su intenso sabor”. Aquí debíamos aclarar otros conceptos, como qué son “carne”, “huevos”, “caldos”, “sopas”, y lo más importante, qué significa “sabor”.
El cubano ha perdido el sabor, a pesar de que todavía en muchas orquestas se da ese grito en el clímax del trompeteo, para animar a los bailadores o evitar que se desmayen. Tal vez con ese grito salvaje de “sabor” se le esté avisando a la audiencia que está al llegar otro barco de pollo para romper el bloqueo o que el bloqueo no existe o es solamente un trauma que tiene el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, que se despierta sudoroso y con la parrilla muy caliente.
“Aunque el Gobierno y la prensa oficial lo callen, EEUU es hoy el sexto país del mundo con mayor volumen de exportaciones a la Isla, según reveló el Anuario estadístico de Cuba del año 2022, con cifras hechas públicas por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)”.
No obstante, hay gente de adentro que en ocasiones desmiente a la alta dirigencia de la revolución. El mismo Encargao Díaz-Canel dijo lo siguiente: “Al igual que en 1978, en nombre del Gobierno cubano les reitero la voluntad de continuar desarrollando un diálogo franco y amplio, sobre la base del respeto mutuo y la defensa de la Patria. Hoy como ayer, con el compromiso de no cejar en la batalla por poner fin al bloqueo genocida que tanta carencia, dolor y fractura ha provocado en la familia cubana”. Pero viene ahora uno ahí que acaban de ascender y lanza por tierra la idea de que todo va mal por culpa del criminal bloqueo.
Alberto López Díaz, exgobernador de Villa Clara y nuevo ministro de la Industria Alimentaria dijo “que no había comida por los vagos y porque no le da la gana a la gente ir a trabajar duro”. Es decir, que, si la gente trabajara duro, no habría bloqueo. O algo mejor, que todo eso del bloqueo es una falacia inventada para encubrir la holgazanería del cubano.
No solamente llegan y entran pollos a la isla como Pedro por su casa, directos desde el país enemigo. “La Aduana General de la República de Cuba cobra entre 20.000 y 56.000 dólares por cada carro que es importado desde Estados Unidos a pesar del embargo”. En cualquier momento el cubano de a pie mirará asombrada a algunos pollos importados, congelados y desplumados, pasear por las ciudades manejando un Mercedes o un Volvo del año.
“Con todo, la carne de pollo es muy fácil de digerir, adecuada para dietas de regulación o pérdida de peso, sobre todo sus pechugas sin piel preparadas a la plancha o al horno, con poco aceite”. Este último término, “aceite”, habrá que buscarlo en alguna tienda en divisas, pero se encuentra más fácilmente en un diccionario.
Un día no muy lejano el tema del bloqueo llegará al teatro en Cuba. Será el renacimiento del teatro bufo. Una de las primeras obras pudiera llevar este título: “Si me tocas con la punta de tu deo…me desbloqueo, amor, me desbloqueo. Y para siempre me mareo”.