María Teresa Vera, la voz inmortal de ‘Veinte años’

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SANTA CLARA, Cuba. – Hace exactamente cuatro años, cuando se cumplía el aniversario 125 del natalicio de María Teresa Vera, Google le rendía homenaje a la figura de la cantautora con una imagen en el buscador que la presentaba con su icónico sombrero de alas y su guitarra en mano.

Vera nació en Guanajay, Pinar del Río, el 6 de febrero de 1895, resultado de un amorío entre su madre, Rita Vera, una esclava liberta, y de un militar asturiano llamado Urbano González, acusado de conspirar contra el Gobierno español. Reseñan varios textos biográficos que su progenitor había sido condenado a muerte por tales causas y deportado hacia su país natal. Cuando intentó regresar a la Isla para reconocer a su hija, le sorprendió una bronconeumonía fatal en el trayecto y murió. Su cadáver lo arrojaron al mar. 

La pequeña María Teresa, que ya daba señas de prodigio musical, se trasladó a La Habana cuando la familia acaudalada de los Aramburu, para la que trabajaba su madre como sirvienta, se mudó definitivamente a la zona de El Vedado. Cuenta el investigador y productor musical Armando López en una charla disponible en YouTube que la niña había sido inscrita en un colegio de monjas del cual fue expulsada por interpretar antiguos cánticos yorubas.

Portada del buscador de Google dedicada a María Teresa Vera hace cuatro años
Portada del buscador de Google dedicada a María Teresa Vera hace cuatro años (Imagen: Google)

Con tan solo 16 años, María Teresa debutó en los escenarios capitalinos, específicamente en el teatro Politeama Grande, con la canción Mercedes, de Manuel Corona, quien la había entrenado en el arte de la guitarra. Fue tanta la ovación recibida por la jovencita que se vio obligada a interpretar seis canciones más, presentación por la cual le remuneraron unos 20 pesos, su primer pago como trovadora. 

La mayor parte de la obra de Corona fue escuchada por primera vez en la voz de María Teresa Vera, quien estrenó en la escena bohemia temas tan icónicos de la trova tradicional como Una mirada, La Alfonsa y Santa Cecilia, lo mismo que boleros como Mujer perjura, de Miguel Companioni. Además, se considera la primera cubana que grabó para la RCA Victor, precisamente Longina, compuesta por encargo al bardo de Caibarién.

Se dice que, en su propia vivienda, ubicada en el solar La Maravilla, organizaba tertulias los domingos en la que eran invitados los principales músicos y poetas de la época que habían emigrado desde el interior del país. Era de las pocas mujeres que cantaba y componía en aquel entonces en esas mismas descargas en las que surgieron canciones imprescindibles de la historia de la música cubana. 

Sin embargo, a María Teresa Vera, autora de múltiples temas, no le agradaba cantar en solitario, según aseguran varios investigadores de su vida y obra. De hecho, fue principalmente reconocida por los duetos con Rafael Zequeira, Miguelito García y Lorenzo Hierrezuelo, con quien se mantuvo trabajando hasta que la sorprendió la muerte. 

Lorenzo Hierrezuelo y María Teresa Vera (Foto tomada de Habana Radio)

En una entrevista de la que existe referencia en varios textos publicados, la propia Vera reconoció cuán exitosa había llegado a ser su carrera en aquellos años: “Cantábamos cubanerías, hicimos más de cinco viajes a los Estados Unidos. Nos sentíamos acoplados e identificados en nuestra creación artística y enseguida nos popularizamos dentro y fuera de Cuba. Nuestro dúo fue un éxito popular, aunque sea inmodesto decirlo”.

Uno de los pasajes más curiosos de su trayectoria está relacionada con la etapa en la que fundó el Sexteto Occidente hacia 1926, un conjunto en el que Ignacio Piñeiro tocaba el contrabajo y que se dice la había pretendido sin recibir una respuesta recíproca. 

Resulta que Piñeiro había compuesto el tema En la alta sociedad, cuya letra revelaba detalles ceremoniales de las sociedades secretas fraternales de los abakuás, lo cual fue considerada por los miembros de esta secta como una provocación, dada la propia popularidad que alcanzó la canción difundida por radio. Fue entonces cuando Vera decidió retirarse por un tiempo de los escenarios y se dedicó solamente a la composición. Se dice que debió refugiarse en la religión yoruba y cuando coronó Oshún en la Regla de Osha, los propios santos le “recomendaron” tamaño sacrificio que ella acató durante casi una década.

María Teresa Vera
María Teresa Vera (Foto tomad de Radio Cadena Habana)

A pesar de haber popularizado grandes temas como No puedes comprender, Por qué me siento triste, No me sabes querer, Te digo adiós y el archiconocido Veinte años, la letra de algunos de ellos, incluyendo este último, fueron escritos por Guillermina Aramburu, la señora de alta sociedad que le pidió encarecidamente permanecer en el anonimato.

María Teresa nunca se casó. En una oportunidad trataron de cuestionarle por qué jamás había decidido hacer pública alguna relación amorosa, a lo que contestó que toda la vida había estado rodeada de artistas, de músicos, y que “ninguno servía para marido”. 

La dama de la canción cubana, la primera trovadora, murió en La Habana el 17 de diciembre de 1965 a los 70 años de edad. Cuando se cumplió el 125 aniversario de su natalicio, el investigador musical Armando López comentó que, tras percibirse enferma, “les advirtió a sus sobrinos: sigan jugando conmigo, porque hasta después de muerta, me van a tener que seguir nombrando”. Otros biógrafos aseguran que había pedido a su colega y acompañante Lorenzo Hierrezuelo que, tras bajar su féretro a la tumba, le interpretara como último adiós el bolero inmortal Veinte años. 

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