Lo malo de la realidad es que no se deja atrapar de forma directa por nuestros sentidos sino que necesita ser traducida por la ciencia, por el arte. Que la Tierra no es plana es una realidad a la que se llega no a travs de la vista o de una borrachera, sino de la ciencia, de igual manera que para comprender la realidad que nos rodea necesitamos de la ficcin.
Lo bueno es que da lugar a grandes obras que nos embriagan.
Este ao compiten en los premios Goya tres pelculas que me han gustado mucho y que funcionan como atajos para abordar la realidad de la sexualidad. Dos de ellas hablan del deseo femenino, la tercera del gnero.
En Creatura, una mujer sufre falta de deseo y picores por todo el cuerpo, algo que, vamos viendo, es consecuencia de una educacin sexual desastrosa en la niez y la adolescencia, de cientos de mensajes contradictorios que han provocado cortocircuitos en su cabeza: si no muestras deseo eres una estrecha, si lo muestras eres una guarra. Cmo lo social va mustiando esa criatura de interior, frgil y delicada, que es el deseo.
No es un tema indito, la estupenda Esplendor en la hierba ya nos asom a ese infierno porttil, y sin embargo lo sentimos novedoso, se produce un aj colectivo, como si por fin uniramos las lneas de puntos que corresponden.
Lo mismo sucede con Un amor, otra pelcula prodigiosa que explora el deseo femenino y que suscita un gran aj tras su visionado. En ese pueblo fantasmal se despliega todo un catlogo de masculinidades txicas: el horrible casero, el tipo hurao que le propone a la protagonista trabajo a cambio de sexo: me dejas entrar en ti y yo te arreglo el tejado, el vecino guay del fular, moderno, pseudoartista, que resulta tan casposo y txico como el resto. Ella elige al gordo y rudo, lo elige no solo por las goteras, sino porque la excita, aunque sepa, sepamos todos, que aquello no puede acabar bien. La conclusin puede ser algo pesimista: mejor adopta un perrete, pero la pelcula llega al tutano de la emocin.
En 20.000 especies de abejas, otra maravilla de peli, se cuenta la historia de un nio que quiere ser nia con una delicadeza lepidptera, con elipsis que impregnan la cinta de un vaho potico y una interpretacin de esa nia que, de tan buena, parece francesa.
Las tres pelis me han llevado a reflexionar sobre la importancia del arte para comprender la realidad, del poder de la ficcin para penetrar en la esfera social y educar nuestro pensamiento de forma ms efectiva que cualquier charla, cualquier debate poltico, que muchos planes de educacin.
Tal vez porque la ficcin no necesita ejemplificar. Muestra las contradicciones, las partes oscuras, al monstruo y al ngel, que a veces coinciden. Sabe que los grandes personajes no son virtuosos, a diferencia de la poltica, donde todo el mundo quiere salir bien en la foto. O tal vez porque cuenta con una herramienta privilegiada: la emocin, ese lenguaje universal que nos permite viajar al otro y entender sus razones.
No s cul de estas tres grandes pelis se llevar ms Goyas pero s que con ellas, no solo gana el cine, ganamos todos.