Con los cubanos haciendo interminables colas para conseguir alimentos, el gobierno informó que al cierre de enero solo había confeccionado el 69% de las libretas de racionamiento previstas para este año, muy lejos de la meta trazada.
Autoridades del Comercio Interior y la estatal Ediciones Caribe, encargada de la impresión, reconocieron retrasos y problemas en la distribución del instrumento que regula el acceso a productos básicos subvencionados para los hogares de la isla.
Entre los factores esgrimidos se hallan déficits de materias primas y falta de disponibilidad de los modelos requeridos, lo que obligó incluso a recurrir a reservas de papel en almacenes para intentar cumplir. Pero ni así se pudo concluir el proceso a tiempo en al menos 9 provincias.
Cabe recordar que la extrema precariedad obliga a millones de cubanos a depender de las magras cuotas del sistema de libreta para subsistir. Así, este nuevo traspié en su implementación profundiza la desesperación de una población que enfrenta una aguda crisis de desabastecimiento.
Según la vice ministra Marpessa Portal, ahora corresponde a las Oficinas de Registro de Consumidores en los territorios garantizar la logística y el llenado manual de cada libreta. Pero expertos advierten que, aún si se cumple la meta, las raquíticas raciones son insuficientes frente a la creciente demanda.
Con la grave situación socioeconómica que atraviesa Cuba, el racionamiento se ha vuelto indispensable. Pero errores como estos reflejan las dificultades del gobierno para siquiera garantizar una distribución mínima y equitativa de alimentos entre los cubanos.