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Las calles de varias ciudades del Oriente de la isla se han visto sacudidas por una ola de manifestaciones en protesta por la difícil situación que vive el país en medio de la escasez de alimentos y prolongados apagones.
El gobeirno de Estados Unidos se ha unido al clamor popular,y le ha pedido al gobierno castrista que respete el derecho a la manifestación pacífica de los cubanos, luego de que el régimen ha reaccionado con fuerte represión.
«Estados Unidos apoya al pueblo cubano en el ejercicio de su derecho a reunirse pacíficamente. El gobierno cubano no podrá satisfacer las necesidades de su pueblo hasta que adopte la democracia y el estado de derecho y respete los derechos de los ciudadanos cubanos», escribió en la red social X, Brian Nichols, Subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental, del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Estados Unidos apoya al pueblo cubano mientras ejerce su derecho a reunirse pacíficamente. El gobierno cubano no podrá satisfacer las necesidades de su pueblo hasta que adopte la democracia y el estado de derecho y respete los derechos de los ciudadanos cubanos.
— Brian A. Nichols (@WHAAsstSecty) March 18, 2024
La posición de Estados Unidos ha generado que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba llamara a consulta a al Agregado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, acusando al gobierno estadounidense de injerencia en los asuntos internos.
Esta posición de la dictadura cubana ha sido negada por la administración norteamericana.
El explosivo reclamo popular ha estallado en un contexto sumamente adverso para la isla. A la crónica escasez de alimentos, medicinas y otros insumos básicos, se suma ahora una crisis energética sin precedentes, con apagones que se prolongan por días.
Fue precisamente ese malestar acumulado el que movilizó a miles de cubanos a las calles de pueblos y ciudades a lo largo y ancho del territorio nacional. «¡Libertad!» y «¡Tenemos hambre!» «¨Patria y Vida! !Corriente y Comida», fueron algunas de las consignas que retumbaron con fuerza inusitada.
La inesperada ola de protestas ha dejado al régimen de la isla entre la espada y la pared. Por un lado, enfrentan la mayor crisis de legitimidad popular en su historia; por otro, la presión internacional se acrecienta con el apoyo de la principal potencia mundial.
Tanto dentro como fuera de la isla, crecen las voces que reclaman una «intervención humanitaria» para socorrer al pueblo cubano. Una solicitud que, de materializarse en acciones concretas, tensaría las relaciones con los aliados ideológicos de la isla como Rusia, China y Venezuela.
Organizaciones humanitarias internacionales han condenado enérgicamente el uso desmedido de la fuerza contra manifestantes pacíficos.
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