La Unión Cuba Petróleo (CUPET), en su 32 aniversario, pidió a los trabajadores que sean más eficientes y disciplinados porque el país se enfrenta a una “guerra mediática” que intenta destruirlo.
El ingeniero Néstor Pérez Franco, director general de CUPET, firmó una carta dirigida a sus trabajadores y directivos donde hace el llamado a la disciplina y advierte de supuestos peligros en la estabilidad del régimen.
“Vivimos tiempos muy difíciles, con un escenario económico complejo, y con una guerra mediática que apuesta por destruir la obra inmensa de la Revolución Cubana”, dijo Pérez.
En una segunda publicación en sus redes sociales, la empresa petrolera más grande del país aseguró que está preparando a sus cuadros de dirección y a sus reservas en la Refinería de Cienfuegos en el tema de la “Guerra no convencional“.
La empresa estatal es incapaz de reconocer que la mayor parte de sus problemas en la actualidad no vienen de agresiones externas, sino de incapacidad productiva, y erradas políticas económicas del gobierno, entre otras razones de peso.
A finales de febrero, las autoridades cubanas informaron al pueblo de la puesta en vigor de los nuevos precios en el combustible y la tarifa eléctrica para los altos consumidores.
El gobierno ratificó los altos precios que impondrían a los carburantes y ofreció un listado de servicentros en dólares, a pesar de no ser la moneda en que el régimen le paga a los trabajadores.
Pocas semanas antes, Reuters había informado que Cuba recibe suficiente combustible para cubrir las necesidades de la población. Según fuentes consultadas por la agencia, la isla requiere alrededor de 125,000 barriles diarios (bpd) de combustible y en total estaría recibiendo alrededor de 129,000 bpd.
Sin embargo, los cortes de electricidad son cada vez mayores en Cuba. La escasez de combustible, sobre todo de petróleo es marcada en todo el país y deja altos costes en el transporte.
Las carencias dieron paso a protestas en las calles de Santiago de Cuba, Cárdenas y Bayamo, donde las personas salieron a exigir sus derechos a un servicio eléctrico normalizado y al acceso a comida.
El gobernante Miguel Díaz-Canel intentó dar una imagen de persona empática con las necesidades de la gente, y terminó culpando al bloqueo de Estados Unidos y a los medios de comunicación independientes de querer romper la estabilidad y la paz ciudadana en Cuba con una supuesta “guerra mediática”.