Casi la mitad de Cuba estará a oscuras en el horario pico de este martes


MIAMI, Estados Unidos. – Este martes, Cuba experimentará su más significativa interrupción del servicio eléctrico en lo que va de año, con un 45% del territorio nacional afectado por apagones durante las horas pico de consumo en la tarde y noche, según informó la Unión Eléctrica (UNE).

La UNE atribuyó los cortes de electricidad a la falta de combustible y a fallos técnicos en varias de las centrales termoeléctricas del país, algunas de las cuales cuentan con más de cuatro décadas de explotación. El déficit energético de este martes es el mayor registrado en lo que va de año; en semanas recientes ha oscilado entre el 20% y el 35%.

Para las horas de mayor demanda energética, se anticipa que la capacidad de generación de electricidad será de 1.742 megavatios (MW), frente a una demanda máxima estimada de 3.050 MW. Esto resulta en un déficit de 1.308 MW, y se espera que los cortes afecten a 1.378 MW de carga eléctrica durante el horario de mayor consumo.

A pesar de que la situación energética en la Isla había mostrado signos de estabilidad en los meses recientes, tras superar periodos críticos durante los veranos de 2021 y 2022, el inicio del nuevo año ha traído consigo una notable disminución en la capacidad de generación de energía. 

La infraestructura eléctrica de Cuba se halla en un profundo estado de deterioro, con frecuentes averías en sus anticuadas plantas, debido a la falta de inversiones sostenidas y mantenimiento adecuado. Además, a esto se suma la caída de la importación del combustible necesario por falta de divisas.

Para mitigar estas deficiencias, el régimen de la Isla ha recurrido en los últimos cinco años al alquiler de hasta siete centrales eléctricas flotantes de la empresa turca Karpowership. 

En los últimos años, los cubanos han padecido apagones de forma recurrente debido a la grave crisis energética que atraviesa el país. 

El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de la Isla enfrenta desafíos debido a infraestructuras de generación y distribución obsoletas, sumados a un déficit en mantenimientos e inversiones. Las centrales termoeléctricas, que en promedio han estado operativas durante 40 años, suelen presentar fallos.

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