Foto: RL Hevia
Texto: Fede Gayardo
Esta semana se conocieron nuevas acciones llevadas a cabo por las autoridades cubanas para intensificar el control en las panaderías estatales y tomar medidas disciplinarias con los infractores y responsables.
Un reporte de la estatal Agencia Cubana de Noticias aseguró que estas “acciones permanentes de control tienen lugar en todo el país” y se han intensificado en las últimas semanas por los inspectores y gobiernos locales.
La información fue dada a conocer durante una reunión nacional de empresas de la Industria Alimentaria, donde directivos de ese ministerio (MINAL) afirmaron que se han tomado “medidas disciplinarias a los infractores y responsables allí donde se detecta la venta del pan normado por debajo de los 60 gramos establecidos de manera temporal, y es insuficiente su calidad”.
Asimismo insistieron en que se sancionaron a “administradores y a trabajadores de algunas unidades por indisciplinas tecnológicas” y se llevó a cabo el “cierre temporal de establecimientos por falta de higiene”.
Estas son algunas de las medidas que refirieron los directivos del ramo. No obstante, no se ofrecieron detalles sobre la cantidad de personas y los centros donde se impusieron estas sanciones.
La nota del citado medio amplió que en el encuentro ocurrido en La Habana se abogó por explicar en las comunidades “las acciones dirigidas a que en las panaderías se cumpla lo orientado”.
También se reconocieron “los problemas con el aseguramiento de las materias primas, en momentos que por falta de financiamiento el Estado no ha podido importar toda la harina de trigo que se demanda”, razón por la que se decidió disminuir el tamaño del pan que se vende a la población por la libreta de abastecimiento.
Ante esta situación, los dirigentes abordaron algunas alternativas para enfrentar esta crisis con el pan normado. Por ejemplo, según apuntó la agencia estatal, “se debatió alrededor de las alternativas que a nivel local se pueden buscar con el uso de la harina de yuca” como “extensor”.
Asimismo se abordó el “encadenamiento productivo” con las Mipymes privadas y se reconoció que “con parte de la harina de trigo que esos actores económicos no estatales logran comprar, se ha podido garantizar al menos la producción del pan normado en muchos lugares”.