Los veteranos Robertlandy Simón y Michael Sánchez, “El Ruso”, volverán a vestir la camiseta de Cuba en el voleibol masculino, con la mira puesta en clasificar para los Juegos Olímpicos de París 2024, confirmaron medios deportivos.
Según el director técnico de la selección cubana, Jesús Cruz, ambos jugadores, radicados en el extranjero, se integrarán al equipo en la próxima Liga de Naciones, un torneo clave para definir los cupos olímpicos.
Simón, de 36 años, y Sánchez, de 37, son dos referentes del voleibol cubano que juegan en ligas internacionales tras alejarse de la Federación Cubana, hace más de 10 años. Sin embargo, en 2019 volvieron a la isla y fueron reincorporados al equipo nacional. Poco después volvieron a alejarse por desacuerdos con el equipo técnico cubano.
Cruz manifestó tras esta nueva reincorporación que se trata de “dos atletas que aman a Cuba. Siempre estuvieron dispuestos a colaborar con el equipo para lograr el sueño olímpico. Todos queremos estar en los Olímpicos y sabemos que la Liga de Naciones será decisiva”.
El entrenador resaltó la trayectoria y el nivel de Simón y Sánchez, asegurando que su presencia en el equipo de jóvenes será positiva, ya que los jugadores son ídolos para la nueva generación de voleibolistas cubanos.
En agosto de 2023 Simón declinó integrar el seleccionado de la isla por desacuerdos con los métodos de la preparación física en el equipo nacional.
En conversación con el medio estatal Radio Habana Cuba, Simón precisó que él carga con una vieja lesión y que, por la falta de preparación física de este elenco, no quería exponerse a que la lesión se agravara.
“No me incorporo (a la selección) por mi situación física, que en estos momentos no es la mejor. De la manera en que se trabaja (el físico) en el equipo cubano para mí no es favorable. Tengo una lesión. Un muchacho de 20 años puede que aguante la preparación física, pero yo con 36 no puedo aguantarla”, señaló entonces.
Simón explicó que los métodos de entrenamiento de Cuba y los de su club en Italia eran muy distintos y que él no podía exponerse a que su carrera profesional llegara al final por los pésimos métodos que se practicaban en la isla.