Nelva Ismaray Ortega, esposa del preso político cubano José Daniel Ferrer, confirmó al medio Martí Noticias, que el pasado 7 de septiembre, el régimen permitió el encuentro del opositor con monseñor Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba.
La asistencia religiosa se llevó a cabo antes del día de la Caridad del Cobre y tuvo una duración de aproximadamente dos horas. Mons. García Ibáñez estuvo acompañado por el padre Camilo de la Paz, encargado de la Pastoral Penitenciaria, según confirmó la esposa de Ferrer.
“Un aliento de que alguien, persona de Dios, haya podido verlo… después de tanto tiempo (…) está fortalecido, siempre con Dios, y que físicamente le vio estable, compensado con respecto a otras veces, pero, exactamente, la parte de la salud no está bien”, precisó la esposa al citado medio este lunes.
Según Ortega, entre los problemas de salud que Ferrer mencionó al religioso se incluyen acidez, dolor estomacal y un brazo que está “prácticamente inmovilizado”.
A inicios de septiembre, Ortega, reiteró su llamado a organizaciones y gobiernos democráticos del mundo a intervenir por la liberación del preso político.
La esposa también volvió a exigir al castrismo, una “fe de vida” del opositor, tras serle negada la visita familiar reglamentaria el 3 de septiembre en la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba.
En marzo pasado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó preocupación por el estado de salud de Ferrer.
Al respecto, el organismo internacional declaró: “Los Estados tienen la obligación de proporcionar servicios de salud a las personas bajo su custodia, ello implica brindar tratamiento médico adecuado, oportuno y especializado cuando así se requiera”.
La CIDH recordó que Ferrer tiene medidas cautelares otorgadas por el organismo.
José Daniel Ferrer fue arrestado el 11 de julio de 2021 cuando se disponía a unirse a las manifestaciones antigubernamentales que se desencadenaron ese día en todo el país.
En agosto de ese año, un juez revocó su arresto domiciliario y ordenó su ingreso en un establecimiento penitenciario para cumplir los 4 años y 14 días que le restaban de la condena que le habían impuesto en 2020.