Comentaristas radiales de la emisora de Banes, en la provincia cubana de Holguín, narraron la apertura del campeonato naciona del fútbol, el pasado fin de semana, desde una “cabina improvisada” encima de un carretón de caballo.
“Con un coche-cabina improvisada, se prepara el colectivo de «Balón en el aire», de esta emisora, para transmitir el debut de las Panteras de Holguín frente a Los Tiburones de Ciego de Ávila en el Torneo de Apertura del fútbol cubano, hoy desde las 3:00 pm en la EIDE «Pedro Miguel Díaz Cuello», de Holguín”, detallaron en su publicación.
La imagen muestra a los dos reporteros sentados en un coche tirado por caballos, supuestamente cerca del lugar donde se realizaría el evento. La publicación evidencia las dificultades que enfrentan los trabajadores de los medios oficialistas, sobre todo, aquellos que se ubican en zonas rurales.
Al respecto, el periodista deportivo Alexander Ramírez denunció la situación en la red social X apuntando que esta “es la cabina de transmisión de un partido de la Liga Nacional de Fútbol de Cuba en su primera jornada. Desde lo alto de un carretón, los comentaristas de Radio Banes narran las incidencias del partido entre los equipos de Holguín y Ciego de Ávila”.
“Si el caballo echa a andar serán los primeros narradores con vista 360°”, “Me queda aplaudir el trabajo que se hace para llevar el juego” y “Cuba avanza y eso les duele”, fueron otros de los comentarios en redes sobre el tema.
El deporte cubano, incluido el fútbol nacional, está en franca decadencia. Fuentes del oficialismo confirmaron en 2023 que más de la mitad de las áreas deportivas de la isla estaban deterioradas o no funcionaban. Funcionarios deportivos del régimen las evaluaron como “malas o regulares”.
Un reporte del diario oficialista Tribuna de La Habana indicó que “más de la mitad habían sido evaluadas de mal y regular o no estaban en funcionamiento”, algo que desde el oficialismo calificaron como “inaceptable” en un país con amplia tradición deportiva y decenas de campeones olímpicos y mundiales.
Desde hace años esta situación de deterioro de las instalaciones deportivas en Cuba es una realidad y ningún directivo del régimen hace nada por frenar.