LA HABANA, Cuba. — Aunque por entonces aún ni se soñaba con los procedimientos electrónicos y tecnológicos actuales, algo similar a la actual bancarización (usar transacciones en el sistema de pago sin efectivo) se le ocurrió a Fidel Castro en la década de 1960.
En mayo de 1967, durante un congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Fidel Castro anunció: “Suprimiremos el vil intermediario, el dinero”.
Atenido a la concepción comunista “dé cada cual según su trabajo, a cada cual según su necesidad”, Fidel Castro repitió muchas veces su intención de eliminar el dinero.
En 1969, Fidel Castro dijo al periódico Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista: “Desde que éramos niños nos enseñaron a preguntar ¿cuánto tienes?, ¿cuánto vales? Luego aprendimos que el dinero era innecesario. En Cuba estas seis letras, d-i-n-e-r-o, significan ya menos que antes. La nueva generación no cree en todos los viejos mitos acerca del dinero”.
El régimen comunista hizo gratuitas la educación, la salud pública, el deporte y determinados servicios. Tal vez la raíz de esa idea del Máximo Líder de no usar dinero venga de su padre, Ángel Castro, que en su finca de Birán pagaba a sus obreros con un sistema de vales que obligaba a comprar los productos en la tienda de su propiedad en el batey.
En una ocasión, Castro se contradijo en su actitud hacia el dinero al decir: “No podemos escoger métodos idealistas que se imaginen a todos los hombres impulsados por el sentido del deber, porque en la vida real esto no es así… Sería absurdo esperar que las grandes masas de hombres que se ganan la vida cortando caña hicieran un esfuerzo máximo solo porque les dijeran que era su deber, ganaran lo que ganaran. Eso sería idealista”.
Al hablar del intercambio comercial con la Unión Soviética, el 10 de agosto de 1967, Castro expresó que la práctica era “una base de permuta, y el llamado de dinero de cambio casi no tenía valor, salvo en el país que existía el acuerdo.”
No cabe duda que para Castro el dinero era algo abstracto o virtual, con excepción de su fortuna personal, que mantuvo y aumentó.
Aplicar hoy esa idea de no usar dinero y recibir las personas bienes según sus necesidades, es como volver a la comunidad primitiva de los indocubanos y hacer trueques. Es demencial, retrocederíamos y estaríamos en igual nivel de desarrollo que los taínos y siboneyes.
La creación de algo que respaldara el valor de las cosas en la compra y venta de mercancías llevó a inventar la moneda, lo que significó un avance de la civilización. En los primeros tiempos luego de instaurado el régimen revolucionario, hubo una escasez de dinero, pues la producción en general descendió debido a los bajos salarios. Y en 1961 hubo un cambio de la moneda con el fin de eliminar el poder económico de la burguesía cubana.
Recordemos que en la década de 1960, personas de la capital salían al campo con artículos personales para intercambiarlos por alimentos a los campesinos, quienes se negaban a entregar al Estado su producción, ya que este no satisfacía sus necesidades. La eliminación del CUC y el reordenamiento económico provocaron la debacle actual, que va de mal a peor.
Para controlar toda la divisa que entra al país, el régimen estableció el sistema de pago obligatorio de muchos productos por el sistema de tarjetas magnéticas, las llamadas tarjetas MLC. Eso ha aumentado los problemas para la adquisición de los productos a las personas que no reciben remesas ni tienen acceso a la divisa, lo que ha contribuido a la enorme inflación existente en el mercado.
Hoy, en el mundo se utiliza ampliamente la forma de pago electrónica, pero en Cuba hay muchos inconvenientes debido a falta de condiciones tecnológicas y financieras. Por las conexiones deficientes, el pago electrónico se hace muy complicado, sobre todo para los adultos mayores, muchos de los cuales no tienen teléfono o no saben usarlos adecuadamente.
En estos momentos, en la Isla se dificulta la circulación monetaria, pues los cajeros automáticos tienen falta de efectivo y los bancos, que no disponen de dinero suficiente para pagar, entregan cantidades limitadas y en denominaciones muy bajas. Y el gobierno alega no poder imprimir dinero debido a la falta de divisa. De ahí que recurra a la bancarización. Pero se sabe que el objetivo implícito de la bancarización es la fiscalización financiera de los ciudadanos, algo siempre presente en un estado totalitario.
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