El auditorio Príncipe Felipe de Oviedo era un ir y venir de personas desde primera hora de la tarde. A las cinco, miembros de la Policía Local desplegaban vallas para acotar el perímetro, donde desde las seis se agruparán tanto curiosos como una banda de Gaiteros. El motivo era que a las siete y media de la tarde la Familia Real regresaba, como cada año, a este templo ovetense de la música.
Recibidos al ritmo del folclore asturiano, Felipe VI, la Reina Letizia, Leonor y Sofía llegaron a un auditorio donde 1.500 invitados esperaban en sus butacas. La Familia Real escuchó los aplausos y vivas del público de la calle y contestó con saludos. Dentro de la sala, fueron recibidos por el presidente del Principado, Adrián Barbón.
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Era la segunda vez del día que el político socialista se reunía con la Princesa de Asturias, quien por la mañana había recibido el nombramiento de alcaldesa honorífica de Oviedo y la Medalla del Principado. Leonor cambió el traje sastre celeste por un conjunto de cuerpo negro y falda de gasa gris con flores estampadas. Su hermana, la Infanta Sofía, que el lunes llegó de Gales, donde estudia el último año de colegio, optó por un vestido midi negro sin mangas. Por su parte, Doña Letizia lanzó una vez más un mensaje de sostenibilidad al elegir un vestido alquilado. Se trata de un modelo azul marino de Roland Mouret. Dar una segunda vida a los vestidos de noche es una tendencia que Doña Letizia realiza desde los últimos premios Princesa de Girona, cuando también eligió una pieza alquilada.
La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias interpretó “Paisajes sonoros de América” en el XXXII concierto de los Premios. Dirigido por la mexicana Alondra de la Parra, directora de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, contó con Thomas Enhco como solista, pianista y compositor de jazz. Junto a la OSPA, interpretaron Three Dance Episodes, de Leonard Bernstein; Rhapsody in Blue, de George Gershwish; Chôros No. 10, de Héctor Villa-Lobos y Maracatu de Chico-rei, de Francisco Mignone. Las piezas elegidas homenajean al músico estadounidense George Gershwin, que en 1924 compuso un trabajo orquestal combinando la música clásica con el swing y el jazz.
Antes de dar comienzo al recital, la Orquesta Sinfónica interpretó el himno nacional, que la Familia Real siguió en pie desde el palco de honor. A continuación, se apagaron las luces y comenzó un concierto que año tras año da el pistoletazo a los actos en torno a la entrega De los Premios Princesa de Asturias.