Se llama Luis Ángel Ríos Cala y ha sido detenido este lunes por haber comentado ayer, en un entierro, que en Aguacate hay tantos asesinatos porque no hay justicia. Se refiere a las tres muertes violentas en menos de un año, registradas en la pequeña localidad del municipio de Palma Soriano, en Santiago de Cuba.
El poblado de Aguacate está consternado tras el asesinato de Arianni Céspedes, una joven madre de tres hijos, que murió de una única puñalada que le atravesó el pulmón, aseguran a CiberCuba fuentes cercanas a la familia de la fallecida. El crimen ocurrió en barrio Alejo, donde en menos de un año se han registrado tres asesinatos. A Arianni la mató su ex pareja delante de dos niños de 5 y 6 años, hijos de una vecina, que estaban cerca del lugar de los hechos recogiendo almendras.
“En el barrio hay un silencio total. Todas las personas están con la presión alta o baja y nadie quiere pasar por el frente de la casa de Arianni. El padrastro de los muchachos, luego que la mató, recogió a los niños y se los llevó a unos vecinos y les dijo que lo entregaran, que acababa de matar a la madre de sus hijastros”.
En un ambiente tan cargado, el dolor de las familias que han perdido a uno de los suyos sin que hasta el momento se haya hecho justicia, afloró en el entierro de Arianni Céspedes, cuando un primo hermano de Jorge Luis Heredia Cala (Causa 97/2024), asesinado en marzo de este año en Aguacate, dijo en voz alta que “si hubiera justicia en el pueblo, no habría tantos asesinatos”.
Este lunes la Policía Nacional ha ido a buscar a Luis Ángel Ríos Cala, primo del asesinado en marzo, y se lo ha llevado detenido por hacer ese comentario en el entierro de Arianni Céspedes. En cambio, el asesino confeso de su primo, que es conocido por el alias de Tatico, sigue libre por Aguacate. También el “Hombre”, que lo acompañaba el día del crimen y que hace poco le pegó una paliza a un joven de 19 años. Los dos están en libertad. A ellos no les ha pedido cuentas la Policía.
En el momento de publicar esta noticia, Luis Ángel Ríos Cala, que no ha matado a nadie y que sólo pide justicia, permanece detenido en la Unidad La Territorial, de Palma Soriano.
El asesinato de Jorge Luis Heredia Cala tuvo lugar en marzo de este año, en un callejón de barrio Alejo. Estaba a punto de cumplir 51 años cuando lo mataron, pocos días después de haber encontrado, en medio del monte, un sembrado de marihuana y haber advertido a los responsables de que sabía lo que estaban cultivando. Le asestaron varios golpes con una piedra en la cabeza. La Fiscalía dejó al asesino confeso en libertad porque éste, en su defensa, alegó que le había dado una pedrada cuando apuntaba a darle a una lechuza, en un callejón sin luz, a las ocho de la noche.Sólo cumplió cinco meses de prisión provisional.
Pero este no fue el primer crimen de Aguacate. El más terrible de todos tuvo lugar en noviembre de 2023, cuando una niña, Dorka Velázquez, que acababa de celebrar sus 15 años y que no llegó a ver las fotos de su celebración, sufrió un intento de violación. Como se resistió, la mataron. En un primer momento se dijo que había sido violada, pero la autopsia reveló, según fuentes conocedoras del caso, que era virgen tras su muerte. Su asesinato conmocionó al pueblo porque la Policía tardó en localizar al violador, que finalmente fue detenido robando comida en la casa de unos vecinos de la muchachita asesinada.
Cuando lo capturaron, los propios vecinos se tomaron la justicia por su mano y le dieron una paliza que le hizo saltar los dientes. “Si la Policía no se lo quita a la gente, las mujeres lo hubieran matado”, dice un testigo de lo ocurrido.
La familia de Dorka Velázquez, que estudiaba en el preuniversitario Juan Vitalio Acuña, no denunció el caso aunque este trascendió a través de Facebook. “Son cristianos y personas muy reservadas. Ese caso sí fue fuerte. El muchacho que la mató era de Media Luna (Bayamo) y fue tan psicópata que observó el funeral desde una mata de anoncillos”, concluye un vecino del pueblo.