“El descalabro del sistema electro-energético cubano pone de relieve uno de los principales desaciertos de la política inversionista en Cuba: exagerada inversión asociada a un turismo con baja utilización de su capacidad y desatención a la desvencijada infraestructura del país”, dijo este martes el economista Pedro Monreal tras hacer un análisis de la crisis que se vive en el país, magnificada con el apagón general sucedido el pasado viernes y del cual aún no se recuperan todos los circuitos.
Como es costumbre, Monreal ofreció una panorámica de la situación a través de su cuenta en la red social X, desde donde es muy crítico con el régimen cubano.
Apoyado en un gráfico de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), Monreal mostró cómo desde el año 2020 las inversiones en el sector turístico superan con creces a las realizadas en cualquier otro sector.
“En el período 2020-junio 2024, la inversión principalmente asociada al turismo (suma de “hoteles y restaurantes” y de “servicios empresariales y actividad inmobiliaria”) promedió 38,9% de la inversión total del país, frente a 9,4% de la inversión en electricidad, gas y agua”, señaló el economista.
En otra serie de tuits publicados en el mes de agosto, y en el que Monreal analizaba datos oficiales sobre la inversión en Cuba durante el primer semestre de 2024, se evidenció la insistencia del régimen cubano por invertir en el sector turístico en detrimento de sectores fundamentales como la salud y la asistencia social.
Entre enero a junio de 2024 el régimen destinó casi el 40% de sus inversiones a actividades relacionadas con el turismo, mientras que la inversión en Salud y Asistencia Social es 14 veces menor.
La insistencia del régimen en seguir invirtiendo masivamente en el turismo, a pesar de los bajos índices de ocupación y la evidente necesidad de fortalecer otros sectores esenciales, plantea serios cuestionamientos sobre la sostenibilidad y la justicia de su política económica.
La situación ha generado críticas tanto dentro como fuera de la isla, donde se cuestiona la lógica de seguir construyendo infraestructura turística cuando la demanda no justifica tales inversiones.
En 2023, Cuba no alcanzó la meta de tres millones de turistas extranjeros, quedando muy por debajo de las expectativas a pesar de las nuevas aperturas hoteleras.
Mientras que de enero a julio de este año, a la isla arribaron 1,905,644 viajeros, una cifra por debajo de de los contabilizados en el mismo período del año pasado. En total, en los siete primeros meses de este año arribaron 15,263 viajeros menos.
Es importante destacar que las autoridades cubanas hacen una distinción entre viajeros (todo el que se desplaza de un país a otro) y visitantes extranjeros. Eso significa que en el dato de 1,9 millones de viajeros se incluyen todas las personas que entraron al país, procedentes de otro país, y que no necesariamente son turistas. En realidad, el dato exacto de turistas sería 1,4 millones.
Mientras tanto, la población sigue enfrentando carencias en servicios básicos, reflejo de una estrategia que prioriza los intereses económicos de la élite que controla el turismo y la economía dolarizada del país a través del conglomerado corporativo militar del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), que antepone su enriquecimiento personal por encima del bienestar general de la nación.