En un acto de represión, la policía cubana destruyó la embarcación construida por un grupo de jóvenes y les frustraron así la tentativa de huir de las difíciles condiciones de la isla.
La desesperanza y la angustia cobran nuevos rostros entre la juventud cubana, que ve cómo sus anhelos de libertad y un futuro mejor son convertidos en cenizas por las autoridades del país.
Asiel García Rodríguez, un miembro del grupo de Facebook Balseros Cubanos, compartió la dolorosa experiencia del día en que la policía quemó la balsa que él y sus amigos habían preparado con la esperanza de escapar por mar.
“Es muy triste ver cómo te queman una gran parte de ti, como asfixian en llamas tus sueños, tus ilusiones y todo lo que planeaste para el futuro”, expresó Asiel.
No proporcionó detalles de cuándo o dónde ocurrió el incidente. Las imágenes de la embarcación destruida muestran el estado en que quedó la balsa, completamente quemada e inutilizada.
Las reacciones no se hicieron esperar y el post acumula decenas de comentarios de otras personas que conocen de cerca la desolación tras tales hechos.
“En mi zona han quemado unos cuantos ya casi al salir”, dijo una persona. “Me pasé tres días sin dormir ni parar de llorar cuando me ocurrió algo similar”, compartió un internauta. Otro lamentó la persecución hacia los balseros, mientras los delincuentes comunes parecen evadirse de la justicia.
Este suceso refleja la continúa crisis migratoria que enfrentan los cubanos. A pesar de las advertencias de Estados Unidos sobre la deportación inmediata de inmigrantes ilegales, muchos arriesgan sus vidas en frágiles embarcaciones con la esperanza de alcanzar tierras de acogida.
Recientemente, la Marina de México rescató a 16 balseros cubanos cerca de Isla Contoy, mientras que un crucero turístico salvó a otros 12 en el Caribe, aunque uno perdió la vida antes de ser rescatado.
La búsqueda de un horizonte más prometedor sigue marcada por la determinación, pero también por la dolorosa intercepción de las autoridades cubanas, quienes no solo les niegan la posibilidad de una vida mejor sino que literalmente incineran sus esperanzas.