(CNN) – Elon Musk está haciendo grandes promesas mientras hace campaña a favor del expresidente Donald Trump. Pero su historial empresarial pone en duda su capacidad para cumplirlas.
Musk y Trump han hablado públicamente de algún tipo de papel gubernamental para el CEO de Tesla y SpaceX si Trump gana la presidencia. Aunque Musk y Trump no han dado detalles concretos, Musk se ha referido en broma a su posible trabajo como dirigir un Departamento de Eficiencia Gubernamental, o DOGE en inglés, el nombre del meme y la criptomoneda favoritos de Musk. La semana pasada, Trump dijo en Fox News que Musk podría servir como “secretario de reducción de costos”, una agencia gubernamental que tampoco existe en la actualidad.
Musk prometió, durante la campaña electoral y en una entrevista X con Trump en agosto que si tiene un rol en el gobierno, recomendará recortes drásticos para reducir el gasto superfluo que no beneficia a los estadounidenses, tal vez utilizando la inteligencia artificial para determinar dónde recortar.
También ha dicho que propondría una reducción masiva de las normativas gubernamentales, de las que lleva mucho tiempo quejándose. Y Musk ha prometido un enfoque suave, ofreciendo generosas indemnizaciones a los empleados públicos despedidos, al tiempo que propone un sistema de evaluación que amenaza con el despido a los empleados derrochadores.
Todas ellas son tácticas que Musk ha empleado o prometido en sus empresas. Su historial es dispar. Musk no respondió a una solicitud de comentarios.
Trump, en su entrevista con Musk en agosto y en posteriores debates públicos sobre un posible papel del gobierno para Musk, ha elogiado al CEO por su carácter implacable con los despidos. En agosto, el sindicato de trabajadores del automóvil UAW presentó demandas laborales contra ambos después de que Trump llamara a Musk “recortador” y sugiriera que despediría a los trabajadores en huelga. Y Trump, al anunciar en septiembre sus planes para el posible papel de Musk, dijo que éste haría recomendaciones para “reformas drásticas”.
Al hablar de lo que podría hacer por el gobierno, Musk dijo el domingo en un foro en Pittsburgh que serían necesarios grandes recortes del gasto público: “El paso número 1 es gastar mucho menos”, dijo Musk. “Empecemos de cero”.
Pero los recortes no siempre han funcionado tan bien para las empresas de Musk.
Musk ha llevado a cabo importantes despidos en X, recortando aproximadamente el 80% de la plantilla de la empresa. Esto se traduce en un producto inestable y poco fiable, como demuestran sus desastrosos fracasos técnicos durante las entrevistas con el gobernador de Florida Ron DeSantis en 2023 y con Trump hace un par de meses. Musk también ha eliminado los equipos de confianza y seguridad de X, lo que ha provocado una escalada de discursos de odio y desinformación sin control, y un éxodo de anunciantes de la plataforma.
X vale un 80% menos de lo que Musk la compró en octubre de 2022, según Fidelity.
Las normativas han molestado durante años a Musk, que se ha quejado de lo que ha calificado de burocracia y papeleo innecesarios.
No es una queja nueva entre los líderes empresariales. Lo que es diferente es el planteamiento de Musk de eludir o torcer las normas, que a veces han conducido a resultados desastrosos.
En Tesla, Musk ha impulsado ambiciosamente el despliegue de la tecnología de “autoconducción completa”, a pesar de múltiples accidentes y de las advertencias e investigaciones del gobierno. Siguiendo un planteamiento de “despliega primero y arréglalo después”, Tesla ha retirado varias veces del mercado esta tecnología, aunque la empresa ha mantenido que el software de conducción automatizada salva vidas.
El viernes, el principal regulador de seguridad de Estados Unidos anunció otra investigación sobre Tesla tras un accidente mortal en el que un peatón fue atropellado por un coche que utilizaba todas las funciones de conducción autónoma de Tesla.
El año pasado, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera dijo que la tecnología había “provocado un riesgo inadmisible para la seguridad de los vehículos de motor basado en un cumplimiento insuficiente de las leyes de seguridad del tráfico”. Y advertía de que la tecnología de conducción podría infringir las leyes de tráfico en algunos cruces “antes de que algunos conductores puedan intervenir”.
Y en SpaceX, eludir a los reguladores del gobierno de California ha provocado el descontento de los residentes y demandas judiciales en un pueblo de Texas donde la empresa se instaló para lanzar y probar sus enormes cohetes. Entre las quejas figuran allanamiento de morada, ventanas rotas y grandes campos de escombros. Musk trasladó gran parte de las operaciones de SpaceX de California a Texas debido a la excesiva regulación. Y la empresa demandó a un regulador de California la semana pasada.
Musk sugirió ofrecer a los empleados despedidos una indemnización de dos años, según el diario The Wall Street Journal, que asistió a varios mítines de Musk en apoyo de Trump. “No se trata de ser cruel ni de que la gente no pueda pagar la hipoteca”, dijo Musk el viernes.
Sin embargo, Musk fue demandado en repetidas ocasiones por no cumplir su promesa de indemnizar a los empleados despedidos en X, incluido el antiguo CEO y otros importantes ejecutivos, a quienes se les negaron cientos de millones de dólares en sus liquidaciones.
Antes de que Musk comprara Twitter, ahora X, en 2022, el plan de indemnización de la empresa establecía que los empleados que permanecieran tras la adquisición y fueran despedidos posteriormente se llevarían a casa hasta seis meses de paga, más una semana por cada año que hubieran trabajado para la empresa. Pero las demandas contra Musk y la empresa afirman que ésta rechazó dicho plan de pagos.
Musk ganó una de esas demandas a principios de año, pero varias siguen activas.