El Observatorio de Libertad Académica (OLA) alertó sobre “la estandarización de la obscenidad como forma de socialización intra escolar”, en Cuba, hecho que califica como deformador de “la misión social de la enseñanza pública”.
“Apelamos al sentido de responsabilidad de los claustros y directivos para tratar el fenómeno descrito a partir de la implementación de políticas educativas con base en un enfoque multidisciplinario y científico, lejos de triunfalismos y cifras no constatables”, puntualizó el OLA, en una nota publicada este sábado en redes sociales.
El pronunciamiento del Observatorio de Libertad Académica ocurre a raíz de que se viralizara en redes sociales “las imágenes de una actividad cultural docente, donde una alumna canta un tema de reguetón con letra explícitamente obscena”.
“Las autoridades docentes han evitado comentar lo ocurrido, dejando sobre la mesa de debate las implicaciones, también la evidente irresponsabilidad del claustro a cargo, quienes debieron supervisar cada una de las propuestas culturales que iban a presentarse”, señaló el proyecto con sede en Miami.
El debate, que ha estado en la palestra desde la primera década de este siglo, reverdeció con la divulgación de un video en las redes sociales donde una adolescente interpreta durante “el matutino” en el Instituto Pre Universitario Grito de Yara, en Granma, una canción con letra abiertamente soez.
“Lo ocurrido en este centro docente responde a un proceso de deterioro en la enseñanza, donde además se incorporan elementos atravesados por la vulgaridad y por elementos que no corresponden al proceso docente, educativo y a su normal desarrollo”, dijo el Master en Ciencias Históricas, Leonardo Fernández Otaño, investigador de OLA.
“No estamos hablando de una canción cualquiera, estamos hablando de una canción con contenido pornográfico que evidencia el deterioro que presenta el sistema educativo cubano y además pone también de manifiesto la poca preparación del proceso de formación que tienen los claustros en los institutos preuniversitarios cubanos”, añadió.
“Esto no es algo nuevo. Ya hemos visto escenas anteriores donde estudiantes de primaria escuchan también canciones sexualizadas, donde se ponen en posturas que no son acordes para un niño o que no son correctas para una institución educativa”, manifestó Fernández Otaño.
La normalización de la obscenidad
“En las escuelas se ha normalizado que los alumnos escuchen canciones con palabras obscenas; reguetón, hip hop, reparto. También las bailan en actividades recreativas de las escuelas. La mayoría no estamos de acuerdo conque nuestros niños escuchen esas canciones, pero es inevitable, ya que se oyen sonar en los bicitaxis con bocinas, en los móviles, en las calles, incluso en las casas muchas familias las ponen como algo normal”, indicó la activista Yaíma Sardiñas, residente en el poblado de Caimito, ubicado en la provincia de Artemisa.
La vulgaridad y la grosería descuellan en temas musicales dirigidos a la juventud que se identifica ostensiblemente con la música urbana y particularmente con el género denominado reparto. Niños y jóvenes bailan, tararean canciones cuyas frases se agregan al habla popular, a la vez que influyen en el vestuario y la gestualidad.
“Afecta en el normal desarrollo del menor porque ‘quema’ etapas bailando esas canciones y escuchándolas. La mayoría de esas canciones son vulgares y por eso pienso que nuestra sociedad se ha degradado tanto”, consideró Sardiñas, madre de tres niños.
“Afectan el comportamiento del menor, su lenguaje y, además, lo afecta psicológicamente. Una de las últimas experiencias es la canción de Chocolate MC, que salen niños pequeños en las redes sociales haciendo videos con cuchillos y creo que eso también excita a la violencia”, apuntó.
Cubanos seguidores del llamado “Rey del reparto” se han grabado videos con armas blancas y en actitud agresiva, que el propio artista Yosvanis Arismin Sierra Hernández, conocido como Chocolate MC, ha subido a su cuenta de Instagram.
Sardiñas agregó que la violencia, también contra la mujer, brota en temas de reguetón y reparto, cargados de agresividad, que son coreados por niños y adolescentes, en un país en que los feminicidios y otras muertes violentas están en subida.
Desde La Habana, el periodista independiente Julio Aleaga Pesant criticó la tibieza de las autoridades cubanas al abordar el asunto.
“La crisis de la educación en Cuba no solamente está en la falta de libros de uniformes, de la alimentación de los niños, de la falta de profesores, de la emigración de los padres de los niños, sino que también tiene, como diría [el filósofo] Antonio Gramsci, un componente cultural”.
En 2013, a raíz de la polémica desatada por una denuncia en la prensa oficial sobre la difusión de un tema de reguetón durante un recreo en una escuela primaria del municipio Centro Habana, el entonces ministro de educación advirtió que en esos centros “solo se debe escuchar música infantil”, reseñó el medio oficial Cuba Debate.
“Se aplicaron medidas disciplinarias a la directora del centro y a los docentes implicados en los hechos”, informó, a través del periódico oficialista, la Dirección Nacional de Primaria del Ministerio de Educación.
Aleaga recalcó, parafraseando al empresario y político español Marcos De Quinto, que “una sociedad con problemas económicos, cuando cambia el gobierno, puede cambiar su actitud y mejorar, pero cuando una sociedad sufre una crisis cultural como la que está sufriendo Cuba es casi inviable poder salir del hueco”.
“Estamos en un proceso que implica la pérdida de los valores morales, de los valores de la educación. El último video que anda corriendo por ahí, un espectáculo de jóvenes y adolescentes, es vulgar, con contenido sexual, pero es parte de lo que está viviendo la sociedad cubana”, precisó.
“La vulgaridad está funcionando en el país ya como cultura, pues hace imposible tener otro escenario en este momento dentro del país”, lamentó Aleaga, padre de un niño de cinco años que recién comenzó en prescolar.