Dos producciones independientes aprovechan que Disney ha perdido parcialmente la propiedad intelectual de su ratn para convertirlo en un villano sediento de sangre
Mickey Mouse va a pasar de divertir a los espectadores ms pequeos a aterrorizar a los mayores. Lo har con un slasher -el gnero narrativo del psicpata vengativo que persigue y mata a los protagonistas, el mismo esquema al que pertenecen Scream o S lo que hicisteis el ltimo verano– en el que el famoso ratn se convertir en el asesino de los pasajeros de un barco. No es una disparatada idea de The Walt Disney Company para darle una vuelta de tuerca a su personaje ms querido, sino la consecuencia de que Mickey y su primer cortometraje, Willie y el barco de vapor, estrenado en 1928, hayan cumplido 96 aos, la edad mxima a la que las obras de arte pasan al dominio pblico en Estados Unidos.
La nueva condicin significa que la compaa Disney ha perdido los derechos de autor sobre la obra original, as como sobre las primeras versiones de Mickey y Minnie, quien tambin debut en el corto, y que los personajes, por tanto, pueden ser utilizados por cualquier artista en nuevas obras audiovisuales o literarias sin solicitar permiso ni pagar por ello. Y quien no corre vuela. El director Steven LaMorte, un cineasta conocido por algunos cortos y por una pelcula de zombies llamada Bury me twice, ha anunciado con el ao nuevo que tiene en marcha un proyecto de terror con Mickey como protagonista y reclamo. El guion existe aunque an no tiene ttulo definitivo y hay planes de empezar a rodar en primavera. LaMorte ya hizo algo parecido con The Mean One, una parodia de terror de Cmo el Grinch rob la Navidad!, un libro de Dr. Seuss que est en el canon de los relatos navideos clsicos. Ahora, asegura que su deseo no es arruinar a los personajes ni hacer dinero fcil, sino honrarlos y ampliarlos con un nuevo enfoque.
Hay ms nuevas vidas para Mickey. Con el ao nuevo han aparecido tambin noticias de otro proyecto llamado Mickey’s Mouse Trap, dirigido por Jamie Bailey, un oscuro productor que, al parecer, ha convertido al ratn de Disney en la vctima de una comedia de terror. En un comunicado de prensa, Bailey ha afirmado que su pelcula est rodada y que espera estrenarla en marzo. Las referencias son ms imprecisas, pero Bailey ha incluido las primeras imgenes del Mickey malo.
Disney har lo que pueda para impedir que esas rplicas lleguen al mercado. En la empresa llevan dcadas protegiendo con celo a su mayor activo (en 1988 impulsaron la llamada Ley de Proteccin de Mickey Mouse y lograron una prrroga en su propiedad intelectual) y an retienen algunos derechos sobre el personaje. En realidad, lo que pasa a dominio pblico es el cortometraje y esa primera imagen de Mickey y Minnie, no las posteriores. Tampoco LaMorte podr usar el nombre oficial del personaje, que en su pelcula se llamar Steamboat Willie, como el ttulo del corto de 1924. Seguiremos protegiendo nuestros derechos sobre las versiones modernas de Mickey Mouse y otras obras que siguen sujetas a derechos de autor y trabajaremos para protegernos contra la confusin de los consumidores causada por usos no autorizados de nuestros personajes, explic Disney el mes pasado.
La jugada de pasar un personaje adorable al terror, aunque llamativa, no es ni mucho menos original. Adems del ejemplo del Grinch, tenemos el precedente de Winnie the Pooh: Miel y sangre. Cuando el osito naranja pas a dominio pblico, una productora independiente realiz su propio slasher dirigido por de Rhys Frake-Waterfield y pronto llam la atencin de internet. Tanto, que su estreno previsto para streaming salt a las salas de cine en algunos pases -en Espaa pas por el Festival de Sitges y despus se estren en el canal DARK- y recaud ms de cinco millones de dlares a partir de un presupuesto de 100.000.
La expiracin de los derechos de autor vara en funcin del pas, pero se mueve en una orquilla similar. En Europa llega a los 70 aos desde la muerte del autor (80 en el caso de Espaa), la misma cifra que rige en Estados Unidos, aunque all los herederos pueden prorrogar sus derechos 15 aos ms. O 26, en el caso de Disney y su ejrcito de abogados.