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La migra\u00f1a es una de las enfermedades m\u00e1s frecuentes. M\u00e1s de mil millones de personas sufren en todo el mundo esta dolencia que consiste en ataques recurrentes de dolor de cabeza y que a veces van acompa\u00f1ados de v\u00f3mitos, mareo o hipersensibilidad a la luz y el sonido. Seg\u00fan datos de 2019<\/a>, la migra\u00f1a era la segunda causa de discapacidad en el mundo, la primera si solo se tiene en cuenta las mujeres j\u00f3venes. Aunque en los \u00faltimos a\u00f1os han aparecido muchos tratamientos<\/a> nuevos que hacen recomendable evitar la resignaci\u00f3n y acudir al m\u00e9dico en busca de un diagn\u00f3stico y alivio, alrededor del 40% de los pacientes no est\u00e1n satisfechos con su tratamiento para el momento del ataque.<\/p>\n

Recientemente, un art\u00edculo<\/a> que publica la revista Neurology<\/i>, la revista de la Academia Estadounidense de Neurolog\u00eda, ha publicado los resultados de un ensayo con un f\u00e1rmaco para el momento en que el migra\u00f1oso sabe que llega el ataque, pero el dolor a\u00fan es leve o ni siquiera ha llegado. Si se aplica el tratamiento en ese momento, la incapacidad y el sufrimiento son mucho menores o, incluso, se pueden evitar. El estudio incluy\u00f3 a 477 pacientes a los que se dio ubrogepante, un f\u00e1rmaco que bloquea el CRGP, una sustancia que se libera en exceso durante las migra\u00f1as, cuando sent\u00edan se\u00f1ales que ellos identifican como un anuncio del ataque, como cambios en la visi\u00f3n y otras sensaciones como el hambre, los bostezos o el cansancio.<\/p>\n