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El sur de la Espa\u00f1a peninsular y el norte de Marruecos se miran a trav\u00e9s de una frontera geol\u00f3gica, la que separa la placa tect\u00f3nica euroasi\u00e1tica y la africana. All\u00ed, esos dos continentes chocan lentamente, provocando la fricci\u00f3n asociada a los temblores de tierra. Sin embargo, en los mapas de riesgo, las regiones al norte de esa grieta est\u00e1n mucho m\u00e1s oscuras que al sur, en Marruecos. Porque se dibujan en funci\u00f3n de los datos de sismicidad recientes y la informaci\u00f3n es peor por debajo del estrecho de Gibraltar. Y aun as\u00ed, la regi\u00f3n golpeada por el terremoto de 6,8<\/a> al suroeste de Marraquech descansaba sobre una falla conocida<\/a>, en una cordillera, la del Atlas, que se levanta precisamente como fruto del empuje entre las placas. All\u00ed, la energ\u00eda acumulada en esa falla ha generado una fractura de unos 25 kil\u00f3metros de largo por 20 kil\u00f3metros de ancho, en un deslizamiento del suelo de hasta 1,5 metros, seg\u00fan ha calculado<\/a> el Servicio Geol\u00f3gico de EE UU (USGS).<\/p>\n

\u201cEl mapa [de riesgo] se calcula probabil\u00edsticamente en funci\u00f3n de los terremotos que ha habido. En el sur de la pen\u00ednsula<\/a> Ib\u00e9rica, conocemos varios de magnitud importante en los \u00faltimos 200, 300 a\u00f1os, y tambi\u00e9n otros importantes recientes, como el de Lorca\u201d, explica el sism\u00f3logo Itahiza Dom\u00ednguez, del Instituto Geogr\u00e1fico Nacional (IGN). Es decir, se cuenta con toda una serie de se\u00edsmos que se han podido usar para hacer ese c\u00e1lculo y, por eso, regiones como Murcia o Granada aparecen m\u00e1s coloreadas<\/a>.<\/p>\n