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Vivimos rodeados de pantallas, pero \u00bfa qu\u00e9 edad hay que empezar a normalizar su uso? Un reciente estudio sugiere que habr\u00eda que limitarlas, al menos, durante el primer a\u00f1o de vida. El estudio fue realizado en m\u00e1s de 7.000 beb\u00e9s y sus respectivas madres, y concluy\u00f3 que un mayor tiempo de pantalla se asocia con retrasos en el desarrollo de la comunicaci\u00f3n y la resoluci\u00f3n de problemas en los a\u00f1os siguientes.<\/p>\n

A mayor exposici\u00f3n, m\u00e1s evidentes son los resultados. As\u00ed, m\u00e1s de cuatro horas de pantalla al d\u00eda se asociaron con retrasos en el desarrollo de la comunicaci\u00f3n y la resoluci\u00f3n de problemas en las edades de dos y cuatro a\u00f1os. El estudio, que acaban de publicar en la revista cient\u00edfica JAMA<\/i><\/a> cient\u00edficos de la Universidad de Sendai (Jap\u00f3n), no llega a afirmar que las pantallas sean responsables directas de este retraso que, en cualquier caso, tiende a difuminarse a partir de los cuatro a\u00f1os.<\/p>\n

Sin embargo, estos resultados vienen a confirmar investigaciones anteriores, que muestran una relaci\u00f3n entre el tiempo que pasan los m\u00e1s peque\u00f1os frente a la pantalla con su posterior desarrollo. En 2019, ante la evidencia cient\u00edfica, la Organizaci\u00f3n Mundial de la Salud (OMS) se\u00f1al\u00f3 <\/a>que los beb\u00e9s menores de un a\u00f1o deber\u00edan evitar por completo televisi\u00f3n, videojuegos, m\u00f3viles y tabletas, mientras que los ni\u00f1os de entre dos y cinco no deber\u00edan consumir m\u00e1s de una hora al d\u00eda.<\/p>\n