![\"Dos](\"https:\/\/imagenes.elpais.com\/resizer\/zvW7LlbeJuryDJgrIoZ2LI-1RRU=\/414x0\/filters:focal(2994x1748:3004x1758)\/cloudfront-eu-central-1.images.arcpublishing.com\/prisa\/QVFIDHTCMBCWPOWR7CJ47BXPTU.jpg\")
<\/span>La exposici\u00f3n prolongada a dosis bajas de radiaciones ionizantes est\u00e1 asociada a un mayor riesgo de muerte por c\u00e1ncer de lo que se pensaba hasta ahora, seg\u00fan un estudio con casi 310.000 trabajadores de la industria nuclear en Francia, Reino Unido y Estados Unidos. La tasa de mortalidad por tumores s\u00f3lidos aumenta un 52% a los 10 a\u00f1os por cada gray acumulado, una unidad de radiaci\u00f3n absorbida que equivale a unas 10.000 radiograf\u00edas del t\u00f3rax. El riesgo individual, sin embargo, sigue siendo muy bajo.<\/p>\n
La epidemi\u00f3loga Amy Berrington<\/a>, que no ha participado en la investigaci\u00f3n, pone un ejemplo, empleando otra unidad habitual de dosis absorbida. \u201cPor cada 1.000 personas expuestas a 100 milisieverts de radiaci\u00f3n ionizante \u2014la mayor\u00eda de los trabajadores nucleares est\u00e1n expuestos a menos de 10 milisieverts\u2014 podr\u00eda haber 10 muertes extra, en vez de cinco, adem\u00e1s de las m\u00e1s de 200 muertes esperadas por tumores producidos por otras causas\u201d, ha explicado Berrington al portal Science Media Centre<\/a>. \u201cEl doble de un riesgo peque\u00f1o sigue siendo un riesgo peque\u00f1o\u201d, ha subrayado la epidemi\u00f3loga, del Instituto de Investigaci\u00f3n del C\u00e1ncer, en Londres.<\/p>\n El nuevo estudio incluye datos de trabajadores de la industria nuclear entre los a\u00f1os 1944 y 2016. Los autores han analizado casi 104.000 muertes, m\u00e1s de 28.000 de ellas producidas por tumores s\u00f3lidos, que incluyen los tipos de c\u00e1ncer m\u00e1s habituales, excepto la leucemia. La tasa de mortalidad por estos tumores aumenta un 52% por cada gray acumulado, pero se duplica si el an\u00e1lisis se restringe a los trabajadores que reciben dosis m\u00e1s bajas, de menos de 100 miligrays. Los firmantes \u2014encabezados por la epidemi\u00f3loga Mary Schubauer-Berigan<\/a>, de la Agencia Internacional para la Investigaci\u00f3n del C\u00e1ncer\u2014 conf\u00edan en que sus resultados ayuden a mejorar las medidas de protecci\u00f3n radiol\u00f3gica en sectores como la industria nuclear, la investigaci\u00f3n cient\u00edfica y la medicina.<\/p>\n El riesgo de c\u00e1ncer por una determinada dosis de radiaci\u00f3n se ha deducido hist\u00f3ricamente de los supervivientes de las bombas at\u00f3micas lanzadas por Estados Unidos en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial. Estas personas, sin embargo, recibieron la mayor parte de la radiaci\u00f3n en un segundo, seg\u00fan ha destacado Jim Smith<\/a>, experto en radiactividad de la Universidad de Portsmouth, en Reino Unido. \u201cDurante mucho tiempo se ha asumido que las exposiciones cr\u00f3nicas a bajas dosis de radiaci\u00f3n, con la misma cantidad absorbida, son entre 1,5 y 2 veces menos perjudiciales que las exposiciones agudas, como las de los supervivientes de la bomba at\u00f3mica\u201d, ha se\u00f1alado Smith al Science Media Centre. \u201cLos resultados de este importante estudio apoyan las pruebas acumuladas en las \u00faltimas d\u00e9cadas de que, en realidad, es probable que las dosis cr\u00f3nicas a largo plazo sean tan perjudiciales como las agudas, en cuanto al riesgo de c\u00e1ncer por cantidad de radiaci\u00f3n absorbida por el organismo\u201d, afirma Smith.<\/p>\n Todos los ciudadanos est\u00e1n expuestos a radiaciones ionizantes, pero su origen es principalmente natural. La dosis media en la poblaci\u00f3n espa\u00f1ola son 3,7 milisieverts al a\u00f1o, de los que 2,4 (el 64%) proceden de la radiaci\u00f3n natural, seg\u00fan los datos<\/a> del Consejo de Seguridad Nuclear. Los rayos c\u00f3smicos provocan una dosis media de 0,39 milisieverts, una cifra que aumenta en los viajeros habituales en vuelos transoce\u00e1nicos. El gas rad\u00f3n, procedente del uranio presente en el subsuelo, genera una dosis media de 1,15 milisieverts. Y las t\u00e9cnicas de diagn\u00f3stico con rayos X alcanzan una dosis media de 1,2 milisieverts. Vivir cerca de una central nuclear apenas supone 0,005 milisierverts<\/a>, seg\u00fan el Comit\u00e9 Cient\u00edfico de Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones At\u00f3micas.<\/p>\n El nuevo estudio se publica este jueves en la revista especializada The BMJ<\/i><\/a>. Entre los firmantes figura la epidemi\u00f3loga Isabelle Thierry Chef<\/a>, responsable del grupo de Radiaci\u00f3n M\u00e9dica del Instituto de Salud Global de Barcelona. El equipo ya public\u00f3 un trabajo similar<\/a> en 2015. Sus resultados sugirieron un aumento del 48% en la tasa estimada de mortalidad por c\u00e1ncer, excluyendo la leucemia, por cada gray. Los autores calcularon entonces que unas 200 de las 19.000 muertes por tumores s\u00f3lidos observadas estaban asociadas al exceso de exposici\u00f3n a la radiaci\u00f3n artificial.<\/p>\n El trabajo publicado este jueves por el equipo de Mary Schubauer-Berigan desmonta de nuevo la idea de que las dosis altas y puntuales de radiaci\u00f3n, como las sufridas por los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, son m\u00e1s perjudiciales que las dosis bajas y prolongadas. \u201cNuestro estudio no ha encontrado pruebas de que exista un menor riesgo de tumores s\u00f3lidos, por unidad de dosis, entre los trabajadores expuestos habitualmente a bajas dosis de radiaci\u00f3n\u201d, advierten los autores.<\/p>\n Puedes seguir a <\/i>MATERIA<\/b><\/i> en<\/i> Facebook<\/i><\/a>,<\/i> Twitter<\/i><\/a> e<\/i> Instagram<\/i><\/a>, o apuntarte aqu\u00ed para recibir <\/i>nuestra newsletter semanal<\/i><\/a>.<\/i><\/p>\n<\/div>\n