Daniel Figueredo y Rosa Romero dejaron sus empleos y asumieron un gran riesgo financiero: abrir un local de sandwiches cubanos en La Pequeña Habana. Familiares y amigos pensaron que estaban locos.
Daniel Figueredo y Rosa Romero dejaron sus empleos y asumieron un gran riesgo financiero: abrir un local de sandwiches cubanos en La Pequeña Habana. Familiares y amigos pensaron que estaban locos.