Madre de adolescente que padece enfermedad de la piel


LA HABANA, Cuba. – “Mi único hijo lleva padeciendo cinco años de una enfermedad que lo ha deteriorado física y psicológicamente; la respuesta de los médicos es que no tiene cura, que es algo crónico; ya no aguanto ver sufrir a mi hijo”, escribió a CubaNet Yurixandra Aurora Rodríguez, madre de Roberto Carlos Cabrera Rodríguez, ambo residentes en el municipio Jesús Menéndez, en Las Tunas.

El adolescente de 17 años de edad padece foliculitis decalvante, una enfermedad inflamatoria crónica que provoca pérdida progresiva del cabello y la formación de cicatrices. 

Rodríguez contó a CubaNet que el padecimiento le provoca inflamación del cuero cabelludo y fuertes dolores, ardor y picazón a su hijo. “La mayoría del tiempo tiene abundante pus en prácticamente toda la cabeza, lo que le impide dormir, comer y hacer una vida normal”, detalló.

“Por días hasta en su cara tiene mucho pus; ahora está drenando por el cuello. Apenas puede dormir pues no puede a veces colocar la cabeza en la almohada. Los médicos nos han dicho que el estrés, el calor y el sol agudizan su estado pero, ¿cómo evitamos eso?”, se pregunta Rodríguez. 

El adolescente ha sido atendido en varios hospitales de Las Tunas en los últimos cinco años, lo han tratado especialistas en Dermatología e Inmunología, quienes le han orientado varios tratamientos médicos, sin embargo, no ha visto mejoría. La última respuesta a la familia fue enviarlo a su casa sin medicamentos porque su enfermedad, supuestamente, no tenía cura.

Lesiones cicatrizadas en el cuero cabelludo del adolescente
Lesiones cicatrizadas en el cuero cabelludo del adolescente (Foto: Cortesía)

Sin tratamiento médico adecuado

Un especialista en Dermatología con más de 25 años de experiencia ―que solicitó proteger su identidad por temor a perder su trabajo― aseguró a CubaNet que la foliculitis decalvante, aunque sea una enfermedad crónica, sí tiene tratamiento. También afirmó que los pacientes pueden mejorar considerablemente. 

No obstante, apuntó que en Cuba Cuba no existen ni las condiciones ni todos los medicamentos necesarios para tratar la enfermedad. 

“Las causas [de la enfermedad] pueden ser bacterias u hongos; por eso el tratamiento debe estar enfocado a combatir ambos y es a largo plazo; demora varios meses”, explicó el especialista.

Tras analizar numerosas imágenes de las lesiones provocadas por la foliculitis decalvante en el cuero cabelludo del adolescente, el médico insistió en la necesidad de su ingreso hospitalario para poder investigar a fondo las causas de la enfermedad y su tratamiento bajo inspección médica. Sin embargo, apuntó que no todos los hospitales cuentan con salas de Dermatología ni con los fármacos requeridos. 

El galeno comentó que lo primero sería realizar un exudado micológico y otro bacteriológico para tener un diagnóstico certero. Asimismo, el adolescente necesita tomar doxiciclina, un antibiótico que en la Isla solo se suministra en instituciones hospitalarias, cuando lo hay, y seguir más adelante con otras medicinas (de función antimicótica). 

El médico insistió igualmente en el lavado frecuente de la cabeza con agua hervida y con champú de ketoconazol, el cual no existe en la Isla. 

Por otro lado, debido a la agresividad del tratamiento, el adolescente debe tener buena nutrición, comer fundamentalmente proteínas, que no están disponibles en ningún hospital cubana al que tenga acceso la población nacional.

“Quizás los médicos que lo han atendido no han estado lo suficientemente preparados porque esta es una enfermedad rara. A veces tratamos la bacteria y no el hongo, y hay que combatir los dos para que el paciente se cure. También puede ser que la falta de medicamentos y condiciones hospitalarias hayan influido tanto en el empeoramiento como en la falta de soluciones para el paciente”, opinó el galeno.

“La cura es larga, pero posible si se trata adecuadamente y con los medicamentos que lleva”, añadió. 

Roberto Carlos Cabrera Rodríguez actualmente cursa el 12 grado (bachillerato). Este curso solo ha podido asistir dos días a clases; el año pasado se vio obligado a ausentarse unos seis meses. 

“Ya no aguanto más, no soporto ver sufrir a mi hijo de esa manera”, dijo la madre a CubaNet



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