La Superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, Sor Nadieska Almeida Miguel, compartió un texto en sus redes en el que denuncia la crisis de su país y exige al gobierno que si no es capaz de dar una salida a la crisis, entregue el poder.
En un texto compartido en su muro de Facebook, Nadieska asegura que Cuba es una nación que tocó la luz y ahora está continuamente bajo tinieblas.
“Es angustiante la incertidumbre que vivimos, la tensión psicológica preguntándonos si amaneceremos con o sin luz, si la quitarán en el día o en la noche, viviendo con apagones casi permanentes. Y junto a esto, la desinformación, las mentiras y las promesas incumplidas”, dijo.
“Nuestros niños se desesperan con la oscuridad, el calor y el hambre. Los trabajadores, sin haber descansado lo necesario, van a sus centros laborales porque de allí sale el sustento, mísero, pero algo seguro para sus familias. A esto se le suma la violencia desmedida y la ola de suicidios que no tiene edad, porque el obstinamiento y la desesperanza alcanzan a casi todos”, detalló.
La religiosa, fuerte crítica del régimen, expresó que la cruda realidad del cubano no es otra que estar acechado por la muerte. Porque acostumbrarse a las migajas, a que otros decidan por uno, a aplaudir o alegrarse porque pusieron un rato la luz, son signos de muerte.
“Es un signo de muerte ver cómo se desangra nuestro país, nuestras familias, con tantos cruzando fronteras en el intento de buscar luz en otros lugares. Duele hasta taladrar el alma”, señaló.
Nadieska comentó que le gustaría tener una respuesta del gobierno, que no sea la misma que “hay que comprender porque vivimos tiempos difíciles”.
“Creo que mi generación siempre ha vivido en tiempos difíciles y no ha salido de ellos”, subrayó.
“Ya es suficiente que al quitarnos la luz también entre el juego de quitar Internet y todo tipo de comunicación, para que no olvidemos que somos isla, como si sufrir las consecuencias de sentirnos incomunicados por horas sirviera para callar el descontento que va ganando terreno en el alma de esta nación”, acotó.
Por último, la Superiora de las Hijas de la Caridad reclamó a los gobernantes, quienes tienen que garantizar una vida digna a los cubanos.
“Cuando los responsables de una nación no tienen la capacidad para dar respuesta, lo más sabio es transferir la responsabilidad a quienes pueden ofrecer otras alternativas”, aseguró.
“Este pueblo no puede seguir soportando más injusticias. Este pueblo clama y reclama la libertad de VIVIR EN LA LUZ, que va mucho más allá de la luz eléctrica; es la luz que emana de la Vida, de los derechos humanos respetados y no vejados. (…) Lo normal no es la miseria, ni el acostumbrarnos a la podredumbre, la indignidad, la indolencia deshumanizante, la impunidad. Lo justo para todos es caminar por este tramo al que llamamos Vida dignamente, libremente, siendo cada uno protagonista de su opción por la vida”, concluyó.