Entrevista exclusiva a manifestante del 11J exiliado: “Mi vida se volvió un infierno”


El cubano Rayko Fernández Toledano, de la barriada del Cerro, en La Habana, tenía 28 años cuando se manifestó pacíficamente para pedir el fin de la dictadura junto a miles de cubanos el histórico 11 de julio de 2021.

Fernández Toledano tuvo que salir huyendo del país en 2022 por las amenazas constantes en su contra luego de protestar contra el régimen ese día. Casi dos años después de las manifestaciones populares que representaron un parteaguas en la historia de la isla, decidió ofrecer su testimonio a ADN Cuba.

El joven se manifestó pacíficamente en la zona de Diez de Octubre, en la capital, motivado por su rechazo al régimen cubano desde que tenía uso de razón, explicó.

Lo hice porque estoy totalmente en contra de la dictadura que ejerce su poder en Cuba. Simplemente no podía perder la oportunidad de manifestarme en su contra reclamando mis derechos y los del pueblo cubano, pues no es justo que estemos pasando tanta hambre, necesidad, miseria y calamidad hoy en día”.

El joven fue detenido el 11 de julio de 2021 y trasladado a la prisión de máxima seguridad Jóvenes del Cotorro, donde permaneció cuatro días hasta que lo liberaron, pero las autoridades se quedaron con su teléfono celular.

Lo que vivió durante esos cuatro días no se le borra de la cabeza: amenazas, tortura física y mental.

“Lo que viví en esos cuatro días fue terrible, no se respetaron nunca nuestros derechos como seres humanos. Fui abusado física y mentalmente; nos golpearon bastante e incluso nos amenazaron hasta con violarnos (algunos llegaron a ser víctimas de esto). Luego de salir, mi vida personalmente se volvió un infierno pues recibí amenazas de parte de la Seguridad del Estado de todo tipo y tamaño”, añadió.

Al salir de prisión, Rayko fue víctima de chantaje continuado por parte de la policía política cubana. Le extrajeron información personal de su teléfono celular y lo amenazaron con divulgar imágenes íntimas de él y su esposa.

“Me mostraron capturas de pantalla donde tenía fotos íntimas con mi esposa y me dijeron que si no cambiaba mi posición o abandonaba el país me meterían preso, diciéndome que lo menos que me iban a echar eran 15 años”. 

Al manifestante también lo amenazaron con quitarle la custodia de su hijo, que en ese momento apenas tenía un año. 

El menor y su esposa aún continúan viviendo en Cuba y Fernández Toledano desconoce cuándo podrá reunirse con ellos.

“Recibía citaciones constantemente donde me hacían creer que ya estaba sancionado, me llenaron un expediente criminal con varios delitos inventados por ellos. En ese expediente también dice que me reúno con delincuentes de mi localidad para cometer actos vandálicos en contra de su llamada revolución y que tenían testigos de ello. Es básicamente un seguimiento que te tienen montado con argumentos falsos para luego si no haces lo que ellos quieren arbitrariamente juzgarte y acabar con tu vida. En la esquina de mi casa apareció un cartel donde mostraban el descontento por la dictadura y me fueron a buscar a mi casa y me dijeron que tenían tres testigos que afirmaban que yo fui el que escribió el cartel y que ya con eso iban a proceder con mi encarcelamiento y eso es totalmente falso”, contó.

Tras meses de persecución constante, el cubano decidió exiliarse. Su tío, desde EE. UU., le compró un boleto de avión con destino a Nicaragua y desde ahí cruzó fronteras hasta llegar al país norteamericano en abril de 2022.

“Era eso o perder mi vida en una prisión en Cuba y ya sabiendo todo lo que son capaces de hacer. Tengo un vecino al cual le echaron 18 años de cárcel por manifestarse el 11J también”.

El joven se encuentra a la espera de que se resuelva su caso de asilo en Estados Unidos y le preocupa que pueda ser deportado a la isla.

“Estoy actualmente bajo un proceso de asilo político, el cual temo no poder aprobarlo, pues solamente cuento con mi testimonio y el de mis amistades y familiares, y ser devuelto a aquel infierno donde no puedo volver. Temo por mi vida y por mi integridad y sé que todo esto corre peligro junto con mi libertad”.

Hasta la fecha, en Cuba hay aproximadamente 1048 prisioneros políticos, cifra que se disparó luego de las protestas antigubernamentales de julio de 2021.



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