LA HABANA, Cuba.- Uno de mis versículos bíblicos favoritos es la conocida recomendación del evangelista: “Acuérdense de los presos como si también ustedes lo estuvieran”. El mandato, por supuesto, tiene una validez universal, pero creo que él resulta especialmente aplicable en Cuba, y de modo particular para el millar largo de presos políticos que, por obra y gracia de la dictadura castrocomunista, gimen en las terribles cárceles de la Isla.
Se trata de personas cuyo único “delito” ha sido discrepar de las políticas funestas que aplica el régimen, oponerse a este de manera pacífica y expresar de manera pública ese enfrentamiento. A esto, en los tiempos que corren, convendría añadir otro requisito: que esa oposición tenga un carácter destacado: Es que, en vista del desastre total entronizado en Cuba por el socialismo burocrático, se ha convertido en algo normal que los ciudadanos no se cohíban de expresar, ante cualquier desconocido, su inconformidad con las políticas oficiales. Como es imposible reprimirlos a todos, los represores comunistas ahora se centran solo en los más destacados.
Desde hace semanas he acariciado la idea de dedicar otra de mis crónicas a la situación de esos hermanos de lucha que, como es natural, son los que de manera más directa y severa sufren en carne propia la protervia del régimen de La Habana. Si me he cohibido de hacerlo es porque un elemental deber hacia los lectores exige que, en cualquier trabajo periodístico, aportemos algo nuevo, diferente; que no nos limitemos a repetir cosas que ya han sido dichas.
Pero he aquí que, hace unos días recibí una llamada telefónica del prominente opositor matancero Iván Hernández Carrillo. Se trata no sólo de un dirigente sindicalista y opositor destacado. También es un amigo fraterno, siempre preocupado por la situación de los hermanos de lucha.
Entre otras cosas, Iván me habló de la necesidad de aprovechar estas páginas de CubaNet para actualizar la situación de nuestros cautivos de conciencia, en particular de José Daniel Ferrer García. Ese telefonema me ha servido de acicate.
Es el caso que el régimen se ha encarnizado de modo especial en ese combativo líder oriental. Las autoridades de la prisión santiaguera de Mar Verde no le brindan la posibilidad de realizar llamadas telefónicas o recibir visitas familiares. Y esto durante meses. Hace unos días, en estas mismas páginas y en las de otros órganos de la prensa independiente, fue noticia una carta de José Daniel.
Se trata de uno de esos mensajes que un cautivo redacta y envía con el mismo estado de ánimo —supongo— con el que un náufrago, desde una isla desierta, lanza al mar una botella que contiene una petición de auxilio. No sabe si su reclamo llegará a manos de alguna persona ni si, en caso afirmativo, el receptor comprenderá lo escrito o le prestará al pedido desesperado la atención que él merece…
Así también, Ferrer García, a quien las autoridades arbitrariamente le impiden comunicarse de modo normal con su familia, ha tenido que recurrir a ese método de comunicación de carácter desesperado.
Por fortuna, su carta no pudo ser interceptada por los represores del TOS (Trabajo Operativo Secreto) que pululan en las cárceles cubanas, y ella pudo llegar a manos amigas que le dieron la merecida divulgación.
“La dictadura me ha sepultado vivo”, expresa en ella el preso político. ¡Y no es para menos! Como nos recuerda el bajante de la noticia, “el líder opositor… lleva más de un año y medio sin visitas familiares ni comunicación telefónica”.
El escrito también contiene otras valientes denuncias: “La alimentación que recibimos en este penal y en otros compite con la que recibían las víctimas de los campos de concentración de los nazis”. Y concluye: “Quieren silenciarme a toda costa”.
Pese a esas condiciones en extremo difíciles, no ha habido claudicación alguna. Escribiendo de sí mismo en tercera persona, el cautivo de conciencia escribe: “José Daniel Ferrer García no se rinde jamás”; “es y morirá siendo un firme defensor de la libertad, la democracia, los derechos humanos, la justicia y los valores fundamentales”.
La situación del valiente luchador despierta especial interés ahora, cuando la generalidad de los activistas prodemocráticos cubanos, por medio de escritos diversos, han presentado su candidatura al prestigioso Premio Sájarov de Derechos Humanos, que otorga el Parlamento Europeo.
Se trata de un galardón que, en Cuba, han recibido el ingeniero Oswaldo Payá (ya fallecido), las dignas Damas de Blanco y el destacado líder santaclareño Guillermo (Coco) Fariñas. Por su parte, José Daniel Ferrer ha acumulado méritos más que suficientes para que se le entregue igualmente. ¡Esperemos que, el venidero diciembre, el Parlamento Europeo nos dé esa excelente noticia!