El exilio pide juicio contra expiloto cubano implicado en derribo de avionetas de Hermanos al rescate que vive en EE.UU.



Líderes del exilio cubano en Miami han intensificado sus esfuerzos para que se investigue al expiloto cubano Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, acusado de haber participado en el derribo de las avionetas de la organización Hermanos al Rescate en 1996.

Durante una conferencia de prensa celebrada este lunes en el Museo Americano de la Diáspora Cubana, en Miami, solicitaron a las autoridades locales y estatales que revisen las pruebas recopiladas y consideren abrir un caso formal contra González-Pardo.

Nelson Morales, familiar de una de las víctimas, expresó que 28 años después sigue buscando justicia por la muerte de su hermano Pablo Morales, quien fue una de las cuatro personas fallecidas en el ataque llevado a cabo por pilotos del régimen cubano en aguas internacionales del estrecho de Florida.

“Lo pulverizaron. Ese es el asesinato más grande que pudo haber sido. Ahí no quedó nada”, dijo Morales, visiblemente conmovido.

Los líderes del exilio instan a la fiscalía de Miami-Dade y del estado de Florida a formar un gran jurado que investigue el caso.

Marcell Felipe, presidente del Museo Americano de la Diáspora Cubana, afirmó que este es el momento adecuado para actuar.

“Con el gobierno federal dispuesto a intervenir, es el momento de llevar este tema adelante y seguir la ley”, dijo.

González-Pardo, quien según los líderes del exilio reside actualmente en Florida, ha negado las acusaciones.

Sin embargo, el investigador Luis Domínguez, de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC), asegura tener pruebas que respaldan la implicación de González-Pardo en el incidente, incluyendo información de otros pilotos.

Aunque Domínguez no presentó todas sus pruebas, sostuvo que González-Pardo admitió su participación en una conversación con el expiloto cubano Orestes Lorenzo.

Actualmente, existe una causa judicial abierta contra Rubén Martínez Puente, quien en ese momento era comandante de la fuerza aérea cubana y supervisaba a los pilotos implicados en el derribo.

Sin embargo, ni él ni los hermanos Pérez -también implicados- fueron extraditados a Estados Unidos, y dos de ellos ya han fallecido. González-Pardo, por su parte, nunca ha sido formalmente acusado.

El abogado Nelson Rodríguez Varela explicó que, aunque el derribo ocurrió en aguas internacionales, el estado de Florida podría tener jurisdicción si alguna parte de la conspiración se llevó a cabo en su territorio.

Durante la conferencia de prensa, el representante estatal Alex Rizo informó que ha contactado al gobernador de Florida para abordar el tema, mientras que Kevin Cabrera, comisionado de Miami-Dade, aseguró que buscará el apoyo necesario para que las autoridades tomen acción.

Héctor Lans, empresario e integrante del exilio cubano, destacó que, más allá del impacto legal, este caso tiene un fuerte componente moral: “Es una misión que cada cubano con dignidad debe apoyar”.

Fue a mediados de septiembre que trascendió que Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, supuestamente involucrado en el derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate, estaba residiendo en Estados Unidos gracias al parole humanitario implementado por la administración del presidente Joe Biden.

Retirado con grados de coronel, González-Pardo formó parte de la Defensa Anti Aérea y Fuerza Aérea Revolucionaria (DAAFAR) y participó en el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate en 1996, un hecho en el que perdieron la vida los pilotos estadounidenses de origen cubano, Mario Manuel de la Peña (24 años), Armando Alejandre (45), Carlos Costa (29) y el residente cubano Pablo Morales (29).

La presunta llegada a Estados Unidos como beneficiario del programa del parole humanitario de uno de los involucrados en aquel crimen tiene lugar justo en un momento en el que el exilio cubano en ese país y congresistas cubanoamericanos han alertado del creciente número de represores y dirigentes del régimen cubano que están llegando o residen en territorio estadounidense.

El coronel retirado González-Pardo estaría residiendo en Jacksonville -donde estaría trabajando en una panadería- y donde también vive su hija. Según Martí Noticias, su esposa aún permanece en Cuba a la espera de su visa para reunirse con él.

Aunque no habría sido el responsable directo de los disparos de misiles que abatieron a las dos avionetas el 24 de febrero de 1996, el piloto habría despegado ese día y perseguido a la tercera aeronave, pilotada por el líder de la organización José Basulto y Arnaldo Iglesias, y en la que también iba la líder de la organización M.A.R, Silvia Iriondo y su esposo Andrés, quienes lograron escapar.

González-Pardo fue uno de los pilotos del MiG-29A 911 que persiguió a la avioneta de Basulto junto al otro piloto del régimen cubano, Raúl Simanca Cárdenas. Así lo señaló Luis Domínguez, de la Fundación de Derechos Humanos.

Publicaciones en redes sociales pondrían en evidencia su fidelidad al régimen del exmilitar, aun después de su presunta residencia en Estados Unidos.

Tras su retiro, González-Pardo ocupó importantes cargos en la aviación civil cubana, incluyendo el puesto de segundo jefe de la Terminal 4 del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, también conocida como la Terminal de Carga Internacional, operada en colaboración entre empresas cubanas y españolas.



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