El castrismo convoca festival para ‘atender’ la cultura cubana en la diáspora 


MIAMI, Estados Unidos. – Han sido días en que la cultura cubana sigue sacando la cara ante la inquina que la dictadura siente por la nación. Sin las manifestaciones de artistas e intelectuales cubanos, aunque sea en las circunstancias más peliagudas, la Isla hubiera naufragado.

Al castrismo se le han agotado los eufemismos, no tiene el valor de rendirse ante la evidencia del desastre porque hay mucha fortuna mal habida en juego. Hasta sus seguidores de siempre le viran la espalda.

Quisieron hacer del dúo Buena Fe y de la poeta Nancy Morejón paladines de la Revolución y hacerlos ver como incriminados injustamente por la contrarrevolución de la diáspora, pero la clase intelectual internacional de valía les mostró su hartazgo e indiferencia.

Aunque todavía sobreviven incautos o cómplices, como la cantante y compositora española Rozalén, que sigue celebrando la indigencia y las necesidades del cubano como un acto de fe: “Creo que sois personas de las que aprendemos, por todo, porque tenéis un ingenio brutal, porque dentro de una inundación hay una mesa donde se juega dominó. Le dais la vuelta a todo, la resistencia, la fuerza. Entregáis lo poco que tenéis. Son demasiadas cosas. Y, como uno quiere estar en los sitios donde te hacen sentir bien, es normal que todo el mundo les desee vuestro bien y que remueva tanto estar aquí”.

El músico Robertico Carcassés estableció residencia en España, porque Cuba está insufrible, “en candela”, aunque no como exiliado porque dice que regresará cuando le venga en gana, lo cual ya pone sobreaviso a los guardianes del infierno nacional, los que otorgan y borran ciudadanía, los dueños de la maltrecha finca.

En lo que Carcassés hijo despotrica contra el régimen, como suele hacerlo a costa de tener que mudarse, finalmente, una publicación oficialista trae a colación el cumpleaños 85 de su padre, el legendario Bobby, celebrado durante un concierto en La Habana.

“¿Qué le inquieta a Bobby Carcassés en estos tiempos?”, se preguntó una periodista en La Jiribilla, en un texto que fue despublicado. “Pinta, compone, toca el piano y las tumbadoras, canta, toca el bajo y el fliscorno… Sin embargo, ¿qué le preocupa y qué quiere hacer a estas alturas de su vida? Ante la interrogante se reconoce filósofo y me sorprende, hablándome de un documento que escribe, con paciencia y cordura, en el que explica cómo podemos, desde el tributo al pensamiento de nuestros próceres, mejorar nuestra sociedad y, probablemente, contribuir a eliminar el bloqueo”.

Luego aparece una cita, oportunista, donde el padre amaestrado por el tiempo y los trastazos parece responderle al hijo contestatario: “Yo nací en Jamaica, pero soy cubano, desde la cabeza hasta los pies. Me interesa estar aquí, quedarme aquí hasta el final y hacer todo lo que pueda hacer para crecerme y que mi país crezca”.

Esas son algunas de las suspicacias que ponen en práctica los ideólogos castristas cuando pretenden desacreditar al antagonista.

Pedro Luis Ferrer por fin tuvo su mínimo concierto, luego de algunos tropiezos. Lograron arrinconarlo, sin la asistencia que era de esperarse.

Los cineastas siguen embaucados, por el diálogo que nunca existió, y un perseverante crítico e historiador del séptimo arte cubano en Camagüey no se deja amilanar por las trampas que le han tendido para que desista de sus proyectos e insiste en crear un centro cultural que venere el cine como es debido.

La inteligencia y las buenas intenciones no tienen cabida entre quienes solo se preocupan por detentar el poder.

Con artistas presos y otros en estampida, ahora la dictadura se apresta a la segunda convocatoria del Festival de Cultura con Cubanos Residentes en el Exterior “Cuba va conmigo”, durante el mes de noviembre, organizado por los ministerios de Relaciones Exteriores y Cultura, verdaderos nidos de ratas.

Quienes deseen participar deberán recurrir a las sedes diplomáticas cubanas de los países donde residan o a un comité organizador, cuyos integrantes no han sido revelados, mediante dirección electrónica publicada al efecto. 

Son las mismas embajadas y consulados que poseen la atribución de negar la entrada al país a sus nacionales y de chantajear a quienes no se comportan como es debido, pues corren el peligro de perder prerrogativas ciudadanas.

La convocatoria subraya que el concepto principal para asistir es “Cuba va conmigo”.

Para la presente ocasión, sin embargo, los organizadores sueñan con facturar: “Una novedad en esta edición será el desarrollo de un foro donde se ofrecerá a los participantes una actualización de la legislación existente para proponer y avanzar en proyectos de cooperación y negocios vinculados al ámbito de las Industrias Culturales y Creativas de nuestro país”.

El festival es una desvergonzada cumbancha, donde todos los géneros artísticos son considerados y los niños disfrutarán de espacios especiales. 

Ya la facción del Ministerio del Interior que “atiende” el sector cultural debe estar trazando sus parámetros. Es de imaginar que ahora mismo cuentan con una lista de indeseables, tanto nacionales como internacionales.

En lo que la cultura cubana corre presurosa a la libertad, los victimarios celebran su fiesta de penumbra: “con algunos y para el bien de los que se arrodillen”, parafraseando al atribulado Martí.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.



Source link