Doctora cubana acosada por el régimen pide asilo en Estados Unidos


Ana Karelia Borrego Machado, una doctora cubana con una destacada carrera en la medicina, ha solicitado asilo político en Estados Unidos después de ser despedida de su trabajo en Cuba por supuestas “ausencias injustificadas”, en lo que ella describe como una represalia con matiz político, según Cubanet.

Borrego Machado, graduada en Medicina y especializada en Medicina General Integral (MGI), también cuenta con diplomas en Medicina Natural y Tradicional, así como en Homeopatía. A finales de 2011, fue separada definitivamente de su puesto de trabajo en el sistema de salud cubano, una medida que, según ella, estuvo plagada de “injusticia, arbitrariedad, extemporaneidad e ilegalidad”. Este proceso, en su opinión, fue motivado por sus supuestas actividades disidentes y su participación en comisiones de derechos humanos, lo que la marcó como objetivo de persecución política.

El 9 de agosto de 2024, Borrego Machado, acompañada de su segundo hijo, llegó a la frontera de Texas con la esperanza de encontrar refugio en Estados Unidos. A su llegada, fue trasladada a un centro de detención en el condado de Karnes, donde obtuvo una respuesta positiva para su solicitud de asilo. Sin embargo, su hijo, al ser mayor de edad, fue procesado por separado y devuelto a México para que solicitara una cita a través de CBP ONE, una situación que provocó una gran angustia para la doctora.

“A mi hijo, por ser mayor de edad, lo procesaron por separado de mí; fueron momentos desesperantes pues nunca nos hemos separado, protegiéndonos uno al otro”, relató Borrego Machado en una publicación en su cuenta de Facebook. Tras ser detenida en el Karnes County Immigration Center, la doctora fue liberada ocho días después con un localizador en el tobillo, a la espera de presentarse en septiembre ante la corte para defender su caso.

El temor a la deportación es una constante en la vida de Borrego Machado, quien asegura que regresar a Cuba significaría enfrentarse nuevamente a la represión y persecución que la obligaron a huir. Además, su preocupación se extiende hacia su hijo, quien permanece en México, un país que considera peligroso para su vida.

“Temo mucho por su vida en dicho territorio también”, expresó la doctora, quien ha hecho un llamado a los medios de comunicación y a la comunidad internacional para que su caso no pase desapercibido y evitar así una deportación que podría tener consecuencias graves para su seguridad.

“No puedo volver a mi país por represión. Cuento con pruebas documentales sobre mi caso”, dice la doctora.



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