Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: RL Hevia
Cuba ha tenido, en menos de un año, más destituciones de altos dirigentes por “errores” de las que están habituados a anunciar en los medios oficiales.
Casi nueve meses después de la sonada deposición del vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, este lunes se informó en una escueta nota sobre la democión “del cargo de viceprimer ministro al compañero Jorge Luis Perdomo Di-Lella, quien incurrió en errores en el desempeño de sus funciones”.
Pero qué puede significar ese término en una sociedad donde la corrupción es palpable, pero nadie se atreve a hablar de ella.
Perdomo llegó al cargo en abril de 2021 luego de ser ministro de Comunicaciones desde julio de 2018 y con una amplia trayectoria que avalaba la propuesta de “renovar” las altas esferas dirigentes en la Isla.
De su atención a sectores como la salud, el deporte o las telecomunicaciones no se puede señalar más que los mismos problemas que arrastra el país debido a las malas decisiones o la maltrecha economía.
Aunque no pocos han supuesto que esta democión está relacionada con los actos de corrupción imputados a Gil Fernández –los nunca más mencionados– lo cierto es que su nombre fue removido, casi de forma inmediata, del sitio web del Parlamento cubano. Perdomo también dejó de ser diputado.
Sin embargo, existen otras alternativas relacionadas con el otrora vice primer ministro. Su hermano, Yoel Perdomo Di-Lella, está considerado como uno de los grandes “emprendedores” del país con la puesta en marcha de la tienda online Tuambia y ser dueño del restaurante privado El bodegón del asado, aunque destacan las compañías inscritas a su nombre en el exterior.
Las verdaderas causas de la democión de Perdomo nunca serán públicas, como tampoco la supuesta investigación que se lleva a cabo contra Gil Fernández.
En un país donde hablar de errores en los cuadros era casi imposible, en un año llevan dos vice primeros ministros y varios gobernadores, aunque ello no sirva de escarmiento a quienes lo sigan haciendo, aún en las más altas esferas.