El gobernador Ron DeSantis asignó el martes una investigación estatal sobre un supuesto complot de un hombre armado para matar al expresidente Donald Trump a la oficina de la fiscal general Ashley Moody, una decisión que, según él, se debió en parte a su desconfianza en que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley federal puedan llevar a cabo una investigación justa.