Foto: Celia Cruz | Instagram
Texto: Hugo León
Quiso el destino que Celia Cruz, artista cumbre de la música cubana, naciera un 21 de octubre, apenas un día después del que marca la celebración de la cultura en la nación, y quien conoce a la cantante, sabe bien que no pudo ser de otra forma: Celia Cruz es la encarnación misma de la cultura de la isla.
Hoy Celia, “la reina de la salsa”, hubiera cumplido 99 años. Esa es una edad a la que apenas unos pocos afortunados llegan, pero el mérito de la cantante es que en su aniversario 99 o sin importar si pasan 99 años más, es bastante difícil que la olviden.
Primero fue en la radio y en discos de vinilo, luego en cassettes, después en CD’s, más tarde en MP3 y por último en Spotify, Youtube o cualquier otra plataforma de reproducción, la música de Celia Cruz ha trascendido épocas y fronteras.
Su voz poderosa y su presencia carismática la elevaron como una de las figuras más importantes de la música latina y de la historia cultural de Cuba, y eso es bastante decir pues se trata de una isla que ha derrochado talento en sus hijos. Pero es que Celia Cruz irrumpió en el mundo de la canción con una voz llena de matices y una gran capacidad interpretativa que le bastaron para conquistar los corazones de todos los públicos.
Maestra quiso ser por deseo de su familia, según recordó en varias entrevistas, pero su destino estaba escrito en los escenarios, en los cuales triunfó y se dio rápidamente a conocer.
Su paso por agrupaciones como el conjunto Sonora Matancera la catapultó a la fama, demostrando que su carisma y dominio del ritmo eran inigualables, y que ella era la heredera de la cultura cubana, llena de mezclas que resultan irresistibles.
Durante más de cinco décadas, Celia grabó decenas de álbumes y obtuvo múltiples premios, entre ellos varios Grammy y Latin Grammy, consolidándose como una leyenda de la música. Para muchos, se trata de una de las primeras mujeres negras en lograr un reconocimiento global en un género dominado mayormente por hombres. Cubanísima tenía que ser.
Y también por cubana, uno de sus mayores amores fue el que tuvo hacia la tierra que la vio nacer, aunque con poco más de 40 años tuviera que despegarse de ella para vivir en el exilio que escogió tras el triunfo de Fidel Castro y los rebeldes que lideraba. Pero Cuba quedó en su alma, y en el alma de todos los que la admiran quedó plasmada la foto suya con un vestido de la bandera de la estrella solitaria.
No pudo regresar a la isla, pero hizo que todos conocieran a esa pequeña isla con la grandeza de su voz, con su característico “¡Azúcar!”, con su alegría, sus vestidos coloridos y energía arrolladora: era Cuba cantando.
Hoy, Celia Cruz sigue siendo una de las artistas más importantes en la historia de Cuba y un ícono de la música a nivel mundial y su legado trasciende las generaciones. Su voz sigue sonando en fiestas, conciertos, homenajes y eventos, y es parte indisoluble de la identidad cubana.
Sí, ¡Azúcar por siempre, Celia!, porque tu voz sigue siendo Cuba, y porque tu Cuba necesita cada vez más de tu alegría por vivir, y también de tu amor por la tierra que te regaló la vida.